
Los Boludas en el Hellín de los siglos XVI y XVII
Es un trabajo firmado por Mercedes Sánchez-Ramal Martínez, que llega para dar noticias de otra familia hellinera con cierta relevancia al formar parte del concejo, de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción y que señala, como mayor exponente, a Ginés Boluda, que fue maestro de capilla, polifonista y racionero en las catedrales de Cádiz, Cuenca, Toledo y Murcia, donde falleció.
Así, como datos más necesarios para tener un conocimiento elemental de esta familia, Mercedes Sánchez-Ramal nos asegura que los Boludas, concretamente Martín de Boluda, llegaron a Hellín alrededor de 1515-1520, como cortador de carne, y que su hijo, Ginés de Boluda, fue clérigo de la iglesia de Fortuna (Murcia). Nacido alrededor de 1540, músico reconocido, ocupó durante 12 años el puesto de maestro de capilla, racionero y polifonista de la catedral de Toledo, la más importante de España en aquellos tiempos. Marchó después a Sevilla con su protector, el cardenal Rodrigo de Castro, y al fallecer este en 1600, vuelve a Murcia definitivamente en 1604, donde fallece a los pocos años.
Son muchos más los datos que la autora publica en este extenso trabajo, pero que no podemos reflejar por falta de espacio. Sí podemos dar cuenta de que, como conclusión, añade que, poco a poco, el apellido Boluda va desapareciendo de Hellín por distintos motivos: al fundirse con apellidos más importantes, otros por su oficio de clérigos o monjas, o por marchar a otros lugares.
El testamento de José Moñino y Redondo, Conde de Floridablanca
La revista Macanaz prosigue su contenido con un artículo de José Espinosa Azorín, que trata del contenido del testamento y la memoria aneja de José de Moñino y Redondo, nacido en Murcia, Conde de Floridablanca, título concedido por el rey Carlos III en 1773.
Entre otros cargos, fue Fiscal del Consejo de Castilla, Embajador Plenipotenciario ante la Santa Sede y Presidente de la Junta Central Suprema. Falleció en Sevilla el 30 de diciembre de 1808.
El testamento ológrafo fue otorgado el 26 de febrero de 1805 y fue entregado en sobre cerrado, cosido con cinco lacres, y su hallazgo se debe al historiador Fernando Jiménez de Gregorio, el 6 de enero de 1809.
Son muchas y muy curiosas e interesantes las 59 cláusulas testamentarias, entre las que se nombra a Hellín y que dicen así: “… y de los conventos de Tobarra y Hellín, seiscientos reales de vellón al año. Trescientos por San Juan y trescientos por Navidad”.
Ya en la conclusión del escrito, el autor añade que José Moñino tenía especial predilección por la Orden de los Observantes de San Francisco, en cuyo convento de Hellín, igual que en Murcia y Cehegín, tenía siempre a su disposición una celda.
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