Por Antonio García
Saben ustedes que en la actualidad, y desde hace mucho, Cataluña está formada por andaluces, o hijos y nietos de andaluces. Será por eso que el idioma español corre peligro en aquellas tierras, en aras del exclusivo y excluyente catalán, que está a punto de sustituir al inglés como idioma diplomático mundial. O a lo mejor no. ¡Yo que se! Era una forma de empezar el artículo. Pero sí es cierto que hay muchas cosas que hoy día corren peligro, por ésta vorágine moderna de desmontar todo lo que venga de atrás, sin más contemplaciones ni consideración alguna, y solo por el hecho de que formen parte de arcaicas creencias y costumbres rancias. El progreso y la modernidad, así lo exigen. Y el pueblo tiene que estar atento y ser obediente a los designios de sus nuevos dioses: los políticos. Bueno, reconozcamos que hay algo de lo que no hay que preocuparse dado que no peligra en absoluto, y es la vergüenza, porque ya hace tiempo que se perdió.
Lo que les voy a contar hoy ocurrió el año pasado, y posiblemente muchos de ustedes estén al tanto. Pero yo me he enterado hace poco y allá que voy. Lugar de los hechos, Hospitalet de Llobregat. Protagonista estelar, la alcaldesa, Nuria Marín Martínez. Leche de la que se amamanta, el Partido Socialista Catalán.
Pues bien, esta señora, cuyos apellidos se hunden en las profundas y arcanas raíces del catalán más añejo (al igual que los del ex presidente José Montilla Aguilera), el año pasado tuvo una brillante idea en pro, como no pudo ser de otra manera, del bienestar, el progreso y la felicidad de sus súbditos, de su amado pueblo: prohibir la tradicional procesión de la Virgen de Gracia de Carmona, que se celebra el 18 de mayo. Y aquí notarán algo raro, porque Carmona es una ciudad de la provincia de Sevilla. Y lo es. Y su patrona es la Virgen de Gracia. Pero he aquí que los movimientos migratorios, esos que hacen las aves y los seres humanos, propiciaron que las ciudades catalanas se llenaran de andaluces. Y que muchos de estos andaluces, sentimentales, buenos hijos de su tierra y profundamente enraizados en sus tradiciones y creencias, sintieran nostalgia y, en un arranque de españolidad sureña, se inventaran la Hermandad de Nuestra Señora de Gracia en Cataluña, Patrona de Carmona. Y que concretamente en Hospitalet se la saque en procesión en fechas determinadas –esta era para el 18 de Mayo-, desde hace ya bastantes décadas, acompañada por centenares de devotos. Pero los pobres andaluces, o hijos y nietos de andaluces no contaron con que un día llegaría el progreso, la modernura, el pensamiento único laicista y la madre que parió a un montón de tontolpijos que iban a barrer las “querencias” arcaicas, tradicionales y religiosas, sobre todo religiosas, y a vivir chupando del bote público, para beneficio de sus cuentas corrientes y patrimonio privado. Y el que quiera peces que se moje el culo, que ella se lo mojó y se lleva “palante” casi ochenta mil euros al año, más otras gabelas y minucias varias.
Explicación del Consistorio: <<porque se encontraban en tiempos de elecciones y porque ya era suficiente con las procesiones de Semana Santa>>. Sin quedarle otra.
Pregunta: ¿Son los políticos socialistas quienes deciden cuándo y donde celebran los católicos sus cultos y procesiones? ¿Son los que deciden cuándo debe cesar una costumbre o tradición? Pues parece que si, o lo intentan. Eso sí, la suprema regidora de los destinos hospitalenses, en un generoso arranque democrático que la pilló descuidada, en conversaciones con el párroco le dijo que si se ponían cabezones que bueno, que vale, pero que tenían que ir por la acera, con la Virgen de la mano, sin música ni incienso, y el sacerdote sin vestimentas litúrgicas, o sea, de paisano. ¡Que suerte tuvo el cura, leches! Ese día la alcaldesa se había levantado con el pie derecho, a pesar de ser de izquierdas. Se ve que su marido había cumplido como un hombre la noche anterior y estaba condescendiente.
Los feligreses, con un par, celebraron su procesión por Hospitalet, transcurriendo por las aceras hasta llegar al municipio vecino de Esplugas, donde sí pudieron ir por la calzada.
Pero afortunadamente no todo el mundo es así. Viene a cuento porque, como dice don Antonio Miguel Carmona –me lo ha recordado el apellido-, candidato a la alcaldía de Madriz por el PSOE: <<los socialistas son las madres, los padres y los hermanos de la honradez y la dignidad>>. Por cierto, me encanta oír a este jambo. Dice cosas tan bonicas… Un ejemplo: <<Cuando los socialistas nos ponemos en pie, la impunidad, la pobreza y la iniquidad se ponen de rodillas>>. ¿A que está guay? Nadie ha tenido la oportunidad de comprobarlo nunca, pero reconozcamos que la frase se merece el Nobel. O como se suele decir, “quedar grabada a fuego en los anales de la Historia”. La cosa está en que llevamos ya 138 años de “honradez” (cien de antes más treinta y ocho de democracia) y yo sigo sin enterarme. Y anda que no miro para un lado y para otro, a derechas e izquierdas esperando verla venir –la honradez- para saludarla y hacerle reverencias, pero me barrunto que me muero con las ganas. Quizás no haya un justo en Sodoma, pero la palma en vocear virtudes éticas y de las otras en este país, ya sabemos quién se la lleva: la zurda.
Y no es que yo salve a nadie en particular, pero me acuerdo mucho de aquel refrán que dice: <<dime de los que presumes y te diré de lo que careces>>.
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