El Faro de Hellín

(Hellín, AB, 16 de diciembre de 1960 – …)

El día 16 de diciembre, cumple 60 años

Fructuoso Díaz

Izpisúa es uno de los científicos más relevantes en el mundo dentro de la Biología en el campo de la Medicina regenerativa, uno de los investigadores españoles más relevantes en ciencia Bioquímica, excepcional autoridad científica en el campo de la Genética y Farmacología.

En la casa número once de la calle Canalón, una vía enclavada en el casco antiguo de Hellín, nace Juan Carlos el 16 de diciembre de 1960 a las 14 horas (partida de nacimiento Registro Civil de Hellín). Se han publicado diferentes fechas para señalar el día y mes de su nacimiento. Hay fuentes que hacen constar solo el año, otras citan el 30 de noviembre, incluso alguna duda de su lugar de nacimiento o lo omite. Para poner fin a la ensalada de fechas que han circulado sobre el nacimiento del científico, reproducimos su acta de nacimiento obtenida en el Registro Civil de Hellín donde figura el dato correcto, que es el 16 de diciembre de 1960 (tomo 00171, página 381, acta firmada por el juez Fructuoso Flores López y el secretario Ricardo Martínez Cuenca) y cuyos datos son coincidentes con los que constan en su partida de bautismo. El 26 de diciembre, Navidad, el cura don Cayetano Cermeño Pujalte lo bautiza en la parroquia del Rosario. Sus padrinos en la ceremonia bautismal son Joaquín Clavijo Torres y María Cruz Clavijo Fernández. El padre, Federico Izpisúa del Llano, es madrileño, tiene 25 años. La madre es María Milagros Belmonte Fernández, de Hellín, 32 años. Sus abuelos paternos: Faustino Izpisúa Huelmes y María del Llano Durán, madrileños. Los abuelos maternos: Bernardino Belmonte Risueño y Antonia Fernández Cortés; él es de Férez, la abuela de Hellín (libro núm. 3 de Baustismos, folio 85v de la parroquia del Rosario de Hellín). Por tanto, el próximo miércoles 16 de este mismo mes de diciembre cumple 60 años. Felicidades al científico hellinero a quien expresamos nuestros mejores deseos para seguir trabajando por la ciencia y el bienestar de la humanidad.

Juan Carlos Izpisúa Belmonte.

Cuando Juan Carlos tiene 3 años, el padre abandona el domicilio familiar, por lo que él y dos hermanos pequeños quedan al cuidado de la madre. Juan Carlos, de familia humilde, asiste en etapas de manera irregular a los colegios Franciscanos y Martínez Parras de Hellín y abandona la escuela a los 9 años.

Ante las dificultades económicas familiares, la madre consigue que los tres niños sean internados en el orfanato de la Alberca (Murcia) porque la familia carece de medios para sacarlos adelante. Aquí pasarían unos cuatro años, aunque salen del orfanato a veces para ayudar a la familia en pequeños e irregulares trabajos. Juan Carlos vende globos, turrón en las ferias, coge oliva, almendras, es camarero, botones, guitarrista, pastor de ovejas, lo que encuentra para ayudar en la subsistencia familiar. Cuando tiene diez años, su madre lo saca del orfanato para acompañarla y trabajar con ella en Benidorm. A los catorce años, el director del hotel donde trabaja como botones, ve cualidades en el ya adolescente Juan Carlos y convence a su madre para que estudie. Ella, avispada mujer, visita ayuntamientos, gestiona becas para que estudie su hijo, quien consigue el Graduado Escolar asistiendo a clases nocturnas, porque durante el día ha de trabajar. A los 16 años hace Bachiller, estudios que compatibiliza con el deporte del fútbol, juega con el Benidorm, llega, incluso, a debutar en el Hércules.

(continuará)