
Escuchar a la bruja
Hablar de brujas no da mala suerte. Más bien convoca una sabiduría antigua, una forma distinta de habitar el mundo y de relacionarnos con lo invisible.
La figura de la bruja, tantas veces incomprendida, temida o silenciada, nos interpela desde el fondo de los tiempos y nos devuelve preguntas esenciales: ¿quién tiene derecho al conocimiento? ¿A quién se le ha castigado por hablar, por curar, por saber?
Desde La Escuchadora, me adentro en las raíces de la tradición popular y el lenguaje que ha moldeado nuestro imaginario sobre lo mágico y lo femenino. Lo hago de la mano de Paco Blanco, un profundo conocedor del folclore, la simbología y las palabras que atraviesan la memoria colectiva. Juntos, desgranamos las huellas de la bruja en la literatura, el mal de ojo como forma de poder invisible, las reuniones nocturnas que tanto inquietaron a la moral dominante, y palabras tan sugerentes como “sílfare” o tan potentes como “fundamentalismo”. Porque escuchar también es un acto de reparación. Y hoy, escuchamos a la bruja.
La Escuchadora: Paco, para empezar, ¿qué representa hoy en día la figura de la bruja dentro de la tradición popular? ¿Dirías que ha cambiado su significado o seguimos proyectando sobre ella los mismos miedos de antaño?
Paco Blanco: La brujería tradicional, que es la que he estudiado a través de los testimonios recogidos de la tradición oral, está hoy, a mi modo de ver, en gran medida obsoleta. Esa brujería tradicional era una manera de interpretar el perfil negativo de la vida y del mundo; permitía a las generaciones que nos precedieron (particularmente a los campesinos herederos del legado oral) encontrar una forma de comprender todo lo negativo que les sobrevenía en la vida cotidiana y para lo cual no encontraban otra explicación.

La Escuchadora: En las creencias populares se habla del “mal de ojo”, de hechizos, de reuniones secretas… ¿Qué hay detrás de estas formas de imaginar lo invisible? ¿Qué papel juega el lenguaje en esa transmisión?
Paco Blanco: Lo que hay detrás es esencialmente una necesidad de encontrar respuestas. Creo que el individuo busca a lo largo de su vida esencialmente respuestas a los muchos interrogantes que se plantea, necesita resolver múltiples enigmas, que el pensamiento mágico le permite solucionar. Y eso es aplicable no solo a la brujería, sino también a múltiples creencias y supersticiones populares, por medio de las cuales se han resuelto (o se ha creído resolver) diferentes obstáculos de la vida cotidiana que tienen que ver con la salud, la meteorología y los fenómenos atmosféricos, la suerte o el amor, y también han permitido descifrar el imaginario colectivo presente en los mitos y las leyendas o interpretar el mundo celeste, entre otros muchos territorios fascinantes el patrimonio creencial, que forma parte de eso que ahora se llama el Patrimonio Cultural Inmaterial. Es patrimonio se ha sostenido sobre el pilar de la palabra, del lenguaje, pues se trata de una cultura oral. Y digo cultura con mayúsculas, pues a pesar de formar parte de la herencia de las clases populares, en su gran mayoría analfabetas o iletradas, en modo alguno eran incultas; al contrario, su legado cultural es el resultado de un proceso de depuración de siglos y nos conecta con nuestras raíces más auténticas.
La Escuchadora: Quisiera que habláramos de las palabras. Algunas, como “hechicera” o “curandera”, parecen más amables que “bruja”, pero en el fondo todas remiten a lo mismo. ¿Qué poder tiene la palabra para legitimar o estigmatizar un saber?
Paco Blanco: En mi tierra, Castilla y León, y más concretamente Salamanca, los términos y conceptos de bruja, hechicera y curandera son muy diferentes. La bruja ejerce el mal exclusivamente. Los hechiceros y hechiceras (personajes prácticamente extinguidos en el siglo XIX) podían utilizar sus poderes y recursos en sentido positivo, si bien su especialidad era el mal de amores, poniendo en relación hombres y mujeres con fines sexuales; es decir que la hechicería ha venido a identificarse con la alcahuetería, encontrando en La Celestina, su arquetipo literaio. En cuanto a la curandería, si tuviésemos que situarla en una pirámide de los poderes mágicos, ocuparía la parte inferior y quienes la ejercen centran sus capacidades exclusivamente en la salud de las personas y animales. En todo caso, las tres categorías hacen un uso generoso de la palabra mágica por medio de los conjuros, los ensalmos y los rezos curativos. Sin embargo, el empleo de la palabra mágica no es exclusivo de estos “especialistas” de la magia, pues existe un importante caudal de este tipo de recursos, que forman parte de la sabiduría comunal. ¿Quién no ha escuchado de labios de su madre cuando era niño y se hacía daño o se provocaba alguna pequeña herida aquellas palabras balsámicas: “Sana, sana, culito de rana; si no sanas hoy, sanarás mañana”.?
La Escuchadora: Mencionabas hace poco una palabra que me fascinó: “sílfare”. ¿Podrías contarnos qué significa y por qué crees que se ha perdido del habla común?
Paco Blanco: En relación con el lenguaje, hemos sacralizado el Diccionario de la Real Academia Española, estigmatizando todo aquel léxico que no aparece recogido aquí. Sin embargo el DRAE recoge esencialmente palabras de uso más o menos generalizado y solo de manera excepcional algunos términos de las hablas locales. Debemos reivindicar todas esas palabras que, aunque no están recogidas en el Diccionario, forman parte del legado familiar y las hemos escuchado a nuestros abuelos, padres, tíos, vecinos… En ese marco de los localismos se inscribe la palabra “sílfare”, que quiere decir por mi tierra: ‘corriente de aire frío’. Los localismos, además, proporcionan sonoridad y precisión al lenguaje.
La Escuchadora: El personaje de Celestina nos lleva directamente a la literatura. ¿Qué lectura haces tú de ella? ¿La ves como una bruja, una sabia, una mujer adelantada a su tiempo?
Paco Blanco: Como decía hace un momento, Celestina se ha convertido en el arquetipo literario de la hechicera y alcahueta. Fernando de Rojas debió conocer de primera mano esta tipología de personas que, por otra parte, aparecen documentadas en procesos criminales conservados en los Archivos Diocesanos y también en los Archivos de la Inquisición, como pude comprobar de primera mano cuando recopilaba documentación para mi libro Brujería y otros oficios populares de la magia, editado en 1992. En todo caso, y de manera indudable, el oficio de Celestina se identifica indudablemente con la hechicería.
La Escuchadora: Hablemos ahora de la palabra “fundamentalismo”. ¿Cómo se relaciona con la represión de lo femenino, lo mágico, lo no normativo? ¿Puede considerarse una forma moderna de inquisición simbólica?
Paco Blanco: El psiquiatra Juan José López Ibor, desde su experiencia en hospitales siquiátricos, escribió su libro ¿Cómo se fabrica una bruja? En él deja entrever que alguna brujas que él había conocido en sus centros de salud mental eran personas que habían llegado a creerse esta condición como consecuencia de un hostigamiento, una estigmatización por el hecho de ser diferentes y actuar al margen de la norma. Todo ello se ve alimentado por el estereotipo de raíz judeocristiana que atribuye a la mujer el principio del mal. El personaje de Eva, en el libro del Génesis, lo representa perfectamente, de igual manera que lo hace Pandora en el mundo clásico. El patriarcado se ha instalado en la cultura occidental y en el pensamiento tradicional también. Su presencia en la vida cotidiana ha contado con posicionamientos fundamentalistas tanto por parte de hombres como de mujeres. La represión de la mujer tiene ahí su raíz fundamental, a mi modo de ver, y toda la tradición de la espiritualidad y del conocimiento heterodoxo mágico femenino han sido considerados como una amenaza por parte de quienes han ostentado el poder de la espiritualidad y el conocimiento ortodoxos, condenando a la mujer a una permanente persecución inquisitorial.

La Escuchadora: Paco, en muchos pueblos aún pueden verse cruces en las puertas, ramas de olivo seco, hilos rojos o figuras que cuelgan discretamente. ¿Qué nos dicen estos amuletos sobre el miedo, la fe y la manera en que el lenguaje simbólico se cuela en lo cotidiano?
Paco Blanco: Evidencian la realidad de una creencia. Son pruebas palpables del miedo de las gentes a influencias negativas que superan sus capacidades de defensa natural y tienen que recurrir al orden de lo sobrenatural. Todos esos objetos protectores proporcionan una cierta tranquilidad al individuo, pues le permiten sentirse a salvo.
La Escuchadora: Para terminar, Paco, si tuvieras que decir una sola frase para devolverle dignidad a la figura de la bruja, ¿cuál sería?
Paco Blanco: Me gusta incidir en la importancia de la brujería para comprender el complejo mundo de la espiritualidad popular tradicional, donde encuentran acomodo lo religioso y lo mágico, sin ningún tipo de prejuicio. Por decirlo de una manera sintética, las brujas representan la cosmovisión negativa popular por excelencia.
La Escuchadora: Paco, no puedo más que agradecerte de corazón por haber compartido con nosotros este viaje tan revelador. Tu sabiduría ha sido como una vela en la penumbra, iluminando senderos olvidados y conjurando ecos de esas voces que el tiempo quiso silenciar. Gracias por abrirnos las puertas de lo invisible y por recordarnos el poder de escuchar.
Que la magia de tus palabras siga guiándonos, como un susurro del viento que nunca se apaga. Hasta pronto, amigo.
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