El Faro de Hellín

En un acto llevado a cabo en el Museo Comarcal de la ciudad

Días pasado y tal como anunciamos en EL FARO de Hellín, se llevó a cabo un homenaje organizado por su familias y sus amigos al hellinero Juan Muñoz Moreno, recientemente fallecido en la ciudad extremeña de Mérida donde vivía desde hace muchos años con su familia.

Tras el funeral religioso celebrado en la capilla de los PP.TT Capuchinos, en cuyo colegio llevó a cabo sus primeros años escolares, los asistentes se trasladaron al Museo Comarcal, donde se realizó el referido homenaje, por parte de un pequeño grupo de sus mejores amigos que tuvieron emocionadas palabras de elogio a la figura del fallecido.

Así, conducido el acto por su sobrina Bárbara Muñoz, tomaron la palabra en primer lugar los representantes de la Hermandad de la Virgen del Dolor y de su peña tamborilera, Los Sereneles, Carlos María López Sastre y Rafael Díaz respectivamente, que recordaron con emoción los momentos pasados en estas dos entidades de las que Juan Muñoz era asiduo durante los días de Semana Santa, cita a la que no podía faltar ningún año.

Después llegaron las abundantes palabras de Rafael Fernández Guerrero, amigo de todas las épocas de su vida desde que en plena infancia la vecindad del edificio de la calle Gran Vía, llamado por aquello años “la casa de los médicos” los unió para siempre, después habló del colegio, de los Capuchinos, la separación escolar, Juan en el Instituto Laboral y Rafael, en la Academia del Rosario, conocida popularmente por “La Burrera” sin que se conozcan los motivos, de tan singular denominación.

Rafa, continuó hablando de los años de juventud, sus encuentros en la ciudad con el nexo del tambor, para llevar a cabo la subida al Calvario, un cita imprescindible, hasta que el fallecimiento los ha separado.

Una calle en la ciudad
Más brevemente intervinieron Segismundo Brusi y Juan Bravo, para seguir haciendo loa de esta amistad, que, afirmando nada ni nadie ha podido romper ni siquiera la muerte.

En el caso de Juan Bravo, al que la emoción casi le impidió articular palabas que salía entrecortadas de su boca, tenemos que recordar que estos sentimientos ya los había plasmado en un emotivo artículo publicado en este semanario con el título de “Adiós a un hellinero de pro”, donde lo calificó de “un hellinero sublime, un hellinero ejemplar, que desde el corazón de Extremadura, predicó con el ejemplo”, pidiendo al Pleno Municipal la dedicación de una calle en la ciudad.

El homenaje lo cerró, Ramón García, como alcalde, amigo y correligionario por su militancia en el Partido Socialista, eso sí, matizó, con sus “pequeñas diferencias”, siempre al margen de la gran amistad, que les unía.

Al final su hijo Juan Antonio Muñoz, en representación de toda su familia, tuvo palabras de agradecimiento por este homenaje.