Antonio García
Aún no se cumple la semana desde las elecciones generales, y ya se podría editar un libro recogiendo todas las sospechas de “pucherazo” que aparecen en las redes “internaúticas”. Y es que los resultados aparecidos ni se los creen muchos ciudadanos de izquierdas. Pero yo no voy a enredarme en glosar aquí todo lo que se dice, se habla y se comenta. Si realmente hay certezas o simplemente sospechas fundadas de fraude electoral -que ya lo hubo en el 36-, pues que se denuncie y se aclare por quien corresponda. Yo prefiero esperar a ver qué pasa, porque otra cosa ni puedo ni se me ocurre hacer, sin tener evidencias. Pero sí quisiera decir que por más años que viva no entenderé a los españoles, entre los que me cuento.
De manera que voy a hacer un breve recorrido de aproximación-reflexión a nuestra idiosincrasia, a través de frases dejadas para la historia por personajes de relevancia. Me parece más entretenido y no le caliento la cabeza a nadie.
Comienzo con una breve parrafada de Otto Von Bismarck, estadista y político alemán del siglo XIX, artífice de la unificación alemana en 1871, que reunió en uno solo diversos estados independientes, como Prusia, Baviera, Sajonia, etc. Unión de la que salió la nación más fuerte y avanzada de Europa. Dijo así: << La nación más fuerte del mundo es España. Siempre ha intentado autodestruirse y nunca lo ha conseguido. El día que dejen de intentarlo, volverán a ser la vanguardia del mundo>>. Ineludiblemente esto me lleva a hacerme la pregunta: ¿Dejaremos alguna vez de intentar nuestra propia destrucción? ¿Habrá alguna vez una casta política consciente de ello que más bien nos guíe hacia la grandeza a que se refirió el señor Bismarck? ¿Quiénes han pregonado ese mensaje de sano patriotismo y deseo de fortaleza en las recientes elecciones? No digo más. Salvo que… quizás este punto no esté en las prioridades de los españoles. Tal vez merezca la pena reflexionar un poco. Y seguramente sería bueno aprender Historia, de la de verdad, de la que escriben los historiadores expertos y no la que dicta el Gobierno.
Otro de mis invitados hoy es don Emilio Lledó Íñigo, filósofo español formado en Alemania, que fue profesor de las universidades de Heidelberg, La Laguna, Barcelona y Madrid. Actualmente, miembro de la Real Academia Española. Esta es su aportación: <<A mi me llama la atención que siempre se habla, y con razón, de libertad de expresión. Es obvio que hay que tener eso, pero lo que hay que tener, principal y primariamente es libertad de pensamiento. ¿Qué me importa a mí la libertad de expresión si no digo más que imbecilidades? ¿Para qué sirve si no sabes pensar, si no tienes sentido crítico, si no sabes ser libre intelectualmente?>>. Pues eso. ¿Creen que necesita comentarios? Solo añadiré que me recuerda aquello que decía don Antonio Machado, refiriéndose a nuestra amada España: <<De cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa>>. ¿De dónde se sacaría esa afirmación?
Esto hila con lo que aseguró en su día el Mahatma Gandhi: <<Si hay un idiota en el poder es porque quienes lo eligieron están bien representados>>. Sentencia con la que estoy totalmente de acuerdo. Tiene miga la cosa y daría para una larga reflexión y un profundo debate, pero ya dije que no quiero calentarles la cabeza.
No podemos dejar pasar otro aspecto que importa mucho a los españoles: el estado de bienestar. Algo que, al parecer, nos sale gratis, sobre todo cuando gobiernan las izquierdas. Pero que sin duda todos exigimos creyendo que es tan fácil como tomarse un café. Y que lo paga el Estado. En esta ocasión me auxilia la que fue conocida como “la dama de hierro” –si les cae bien o mal a mí no me miren- doña Margaret Thatcher: <<No olvidemos nunca esta verdad fundamental: el Estado no tiene más dinero que el dinero que las personas ganan por sí mismas y para sí mismas. Si el estado quiere gastar más dinero, solo puede hacerlo endeudando tus ahorros o aumentando tus impuestos. No es correcto pensar que alguien lo pagará. Ese alguien eres tú. No hay “dinero público”. Solo hay dinero de los contribuyentes>>. Y a ver quién se atreve a quitarle la razón. Si ello es así, ¿porqué nos tragamos tantos cantos de sirena, tanta mentira y tanta promesa irrealizable, salvo a costa de entrampar más y más al país y ahogarnos a impuestos? Pues si la “cosa” queda como está, preparemos el culo que va jeringa.
Prosigo. Nuestro paisano don Ramón María del Valle-Inclán, dejó escrito en su obra “Luces de Bohemia”, allá por 1924 lo siguiente: <<En España, el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados. Aquí todo lo manda el dinero. En España, el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza>>. ¿A que es de rabiosa actualidad? Pues eso.
Y termino con un ruso del siglo XIX, Fëdor Dostoevsky. Autor -entre muchas otras insignes obras- de “Crímen y Castigo”: <<La mejor manera de evitar que un prisionero escape es asegurarse de que nunca sepa que está en prisión>>. Parece una frase críptica, pero les dejo a mis pacientes lectores interpretar el sentido por el que la traigo a colación.
En fin, si España se quiere suicidar, allá ella. Lo malo es que me pilla dentro.
Y con esto se despide de ustedes su seguro servidor. Buen fin de semana.
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