Por Antonio García
Yo no quito ni pongo rey, pero soy de la opinión y el que me busca me encuentra. ¿Recuerdan la canción?: salero, si sabes que yo te quiero… etc.
El tema hoy va de elecciones estadounidenses que, como todo el mundo sabe es una cosa que preocupa mucho a todo quisque. Por lo que me veo obligado a tomar cartas en el asunto, consciente de mi influencia en los destinos globales del globo, y en desojar la margarita: Clinton-Trump, Trup-Clinton. ¿Quién será, será…?
El próximo martes, día 8 de Noviembre se decide la suerte en estos comicios del gran país americano, por lo que no hay tiempo que perder. Así que me apresuro a hacerles unas consideraciones, sin ánimo de influir en los votantes transatlánticos, pero sabedor de que el resultado nos la va a traer al fresco, es decir, que a los españoles nos va a dar igual ocho que ochenta. Vamos, que ni Hillary Clinton ni Donald Trump nos van a sacar de ningún apuro ni a nosotros ni a los americanos, dado que ninguno de los dos va a mandar realmente en aquel país. ¿O si nos debe de importar? Porque sabida es la influencia que tienen los Estados Unidos en todo el orbe occidental, y lo copiones que además somos algunos países.
No he tenido el gusto de seguir de cerca la campaña de ninguno de los dos, pero algunos retazos han caído en mis manos. Lo que más cuentan los medios es que Donald Trump es un bocazas, una especie de elefante en una cacharrería, que con su verbo desmesurado no deja títere con cabeza. Que si quiere llevarse bien con Putín, el ruso. Que si es un xenófobo y un racista y cosas por el estilo. Y además es que no ha tenido empacho en denunciar todas las guarrerías que llenan la vida pública de su oponente, la Clinton, joya donde las haya. Pero claro, yo, que no he tenido el gusto con ninguno de los dos, y que se que USA va a seguir defendiendo su hegemonía mundial, gane el que gane, y que sus políticas financieras, industriales, militares y hasta morales nos van a seguir invadiendo, cuando leo ciertas declaraciones se me ponen los pelos de punta (figuradamente, ya que tengo menos pelo en la cabeza que un chimpancé en el culo). Y no porque la Clinton nos vaya a traer nada nuevo, sino porque representa la continuación y el refuerzo de una serie de lobbys y movimientos con los que estoy racional y visceralmente en contra. Para mí, es el arquetipo público de la más abominable maldad. Vamos, que la noche de San Silvestre no quisiera verla montada en un escoba volando sobre mi país. Pero pasen y vean.
<<Los códigos culturales profundamente arraigados, las creencias religiosas y las fobias estructurales han de modificarse. Los gobiernos deben emplear sus recursos “coercitivos” para redefinir los dogmas religiosos tradicionales>>. Palabras de la Hillary pronunciadas públicamente y sin tapujos en un simposio pro abortista.
<<Los bebés en el vientre no tienen derechos constitucionales>>.
<<Una mujer debería tener el derecho a abortar incluso horas antes del nacimiento>>.
<<Pediré que se aumente la asistencia económica a los centros abortistas; ya lo he estado haciendo mucho tiempo>>.
<<Los cristianos usan sus creencias para agredir a los ciudadanos gays y lesbianas>>.
<<Tenemos que cambiar las creencias religiosas y las “estructuras de parcialidad”>>.
Es decir, declara la guerra a la religión e impone, sí o sí, la ideología de género. No en vano, la multinacional abortista Planned Parenthood ha donado 30 millones a su campaña electoral.
Apoyó la guerra de Iraq, ha colaborado en golpes militares de extrema derecha y pretende enfrentarse militarmente a Rusia. Pero además, dicho por su boca cuando era ministra de relaciones exteriores: <<El Estado Islámico es nuestra creación>>. Admite el apoyo brindado por la Casa Blanca a las milicias del ISIS o EI, que luego de ocupar parte de Iraq y de Siria, está llevando a cabo una limpieza étnica contra cristianos y yazidies (minoría curda de religión zoroastriana), perpetrando atroces asesinatos, incluso de niños y mujeres. <<Hemos fracasado en crear una guerrilla anti-Assad creíble… El fracaso de este proyecto ha llevado al horror al que estamos asistiendo hoy en Iraq>>. Es decir, admite que la Casa Blanca creó esta milicia, pero que se le escapó de las manos. Abrió la caja de Pandora al crear un grupo terrorista asesino y despiadado. Se ha dicho también que estuvo Involucrada en la financiación y provisión de armas a grupos terroristas sirios y hasta parece que fue directora de una compañía que mantenía negocios con el Estado Islámico.
En fin, que esta neurótica representa, sin lugar a dudas, el programa del Nuevo Orden Mundial, que pretende borrar de la faz de la tierra las culturas y las religiones tradicionales y dominar el mundo como sea y a costa de lo que sea.
A nuestra izquierda les encanta esta señora, por representar “la política mundialista en nombre del progreso”. Y además, se nota la tendencia de la prensa domesticada…
Pero ustedes tranquilos. Aunque de todas formas los principios de esas políticas ya se están implantando en nuestro país y entorno, la liga de fútbol está que arde, la cerveza cada día está más buena y están a punto de salir nuevos modelos de móviles.
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