
David Requena, un joven de 14 años de Fuente Álamo, emociona a Hellín con su tambor adaptado y su ejemplo de superación
A veces, una mirada dice más que mil palabras. Y si esa mirada, además, se traduce en sonidos, en tambores y en emoción, el resultado puede ser tan impactante como la historia de David Requena, un joven de 14 años que, desde hace dos años, forma parte de la Semana Santa de Hellín. No como espectador, sino como tamborilero. A su manera. Con su propio ritmo. Con su propio lenguaje.
David vive en Fuente Álamo (Albacete) y tiene necesidades complejas de comunicación. Hasta hace poco, no se le había ofrecido la posibilidad de expresarse mediante sistemas alternativos al lenguaje oral. Todo cambió gracias a la intervención de Cecilia Gabiola, maestra y especialista en Comunicación Aumentativa y Alternativa (CAA), quien creyó en el potencial de David y le abrió las puertas a una nueva forma de comunicarse.
¿Qué es la CAA?
La Comunicación Aumentativa y Alternativa (CAA) es un conjunto de herramientas y estrategias que permiten a personas sin habla, o con grandes dificultades para hablar, expresarse y participar en la vida diaria. A través de gestos, pictogramas, objetos reales o tecnologías como los lectores oculares y pulsadores, la CAA hace posible lo que antes parecía inalcanzable: que todos tengamos voz, aunque sea de forma no convencional.
Del “sí y no” al redoble del tambor

El proceso de aprendizaje comenzó con pequeños pasos. Primero, un sistema de baja tecnología basado en “sí” y “no” visuales, con el que David empezó a tomar decisiones y a interactuar. Luego, llegaron los pulsadores y las primeras “palabras” que lo conectaron con el mundo. Más adelante, el uso de un lector ocular con adaptaciones específicas para sus necesidades visuales le permitió jugar, comunicarse… y expresar sus deseos con más libertad.
Uno de esos deseos fue participar en la Semana Santa de Hellín. Así nació una idea hermosa: crear un tambor adaptado, con pictogramas en 3D, alto contraste y pulsadores. El proyecto fue posible gracias a la implicación de Cecilia y la colaboración de José Carlos Martín del CEAPAT-Imserso (Gabinete de Accesibilidad). Juntos diseñaron un instrumento que permitiría a David tocar y sentirse parte del “raca-taplá” que tanto le emocionaba.
Desde entonces, David participa en la Semana Santa hellinera, donde cada golpe que da a su tambor es una declaración de inclusión y emoción. “Tocar en Hellín le encanta, es algo que espera todo el año”, cuenta su entorno. “Para nosotros fue conmovedor verle por primera vez desfilar con su tambor. Fue un momento inolvidable”.
Premio nacional por su ejemplo
Este año, David ha sido ganador del Premio Romper Barreras en la categoría individual, un prestigioso galardón nacional que reconoce proyectos que promueven la autonomía y la inclusión de personas con discapacidad a través de la tecnología de apoyo. El jurado valoró el impacto de su historia, su implicación familiar y social, y el simbolismo de ese tambor que rompe el silencio.
Su proyecto se tituló “Racataplá” y se ha convertido en un ejemplo para familias, educadores y profesionales de la accesibilidad en todo el país. Su caso demuestra que con creatividad, apoyo y compromiso se puede transformar la vida de una persona… y de toda una comunidad.

Un Hellín que late más fuerte
La historia de David es también una historia de Hellín. De un pueblo que acoge, que abre sus brazos y que entiende el tambor como algo más que una tradición: como un lenguaje universal. Un lenguaje que, gracias a la CAA, ahora también es suyo.
Porque cuando su tambor suena en nuestras calles, no solo vibra la madera: late la esperanza, la inclusión y la certeza de que cada golpe rompe una barrera más.

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