
La nueva vía, ubicada en el barrio de San Antón junto al jardín del Salitre, reconoce el legado del hellinero autor de emblemáticos edificios como el Teatro Romea y la Plaza de Toros de la Condomina
El pasado sábado 18 de enero, la ciudad de Murcia rindió homenaje al arquitecto Justo Millán Espinosa al inaugurar una calle que llevará su nombre en el barrio de San Antón, junto al jardín del Salitre. La ceremonia contó con la presencia de autoridades municipales, familiares del arquitecto y vecinos de la ciudad.
Según el Ayuntamiento de Murcia, este gesto simboliza el reconocimiento al impacto que Millán dejó en el patrimonio arquitectónico de la región. Entre sus obras más destacadas figuran la reconstrucción del Teatro Romea tras el incendio de 1899, el Teatro Circo Villar, el Seminario Mayor Diocesano y la Plaza Monumental de Toros de la Condomina.
El concejal de Pedanías y Vertebración Territorial, Marco Antonio Fernández, y el presidente de la Junta Municipal del distrito norte, José Burruezo, encabezaron el acto, que incluyó la develación de la placa de la calle “Arquitecto Justo Millán”. La misma incorpora un código Navilens que permite a los transeúntes acceder, mediante una aplicación móvil, a la biografía y obra del arquitecto.
Un legado arquitectónico incomparable
Nacido en Hellín en 1843, Justo Millán Espinosa es considerado una figura esencial de la arquitectura del siglo XIX. Formado en la Escuela de Arquitectura de Madrid bajo la tutela de Francisco Jareño Alarcón, destacó como arquitecto municipal en su ciudad natal y como arquitecto provincial en Albacete y Murcia.
En 1877, la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando lo nombró académico de mérito, y ese mismo año el rey Alfonso XII lo designó arquitecto de la Diócesis de Cartagena. Entre sus obras más emblemáticas se encuentran la Plaza de Toros de París, construida en un tiempo récord de 28 días en 1889, y la reconstrucción del Teatro Romea.

En Hellín, su legado incluye el Teatro Principal, el Cementerio Municipal, el Asilo de Ancianos y la dirección de la puerta de hierro de la Ermita del Rosario. Más tarde, regresó a su ciudad natal, donde diseñó sus últimas obras, como el trono del grupo escultórico de “Los Azotes” y la verja de la Parroquia de la Asunción, antes de su fallecimiento en 1928.
Reconocimiento en la memoria colectiva
El acto del sábado reafirma la importancia de preservar la memoria de figuras como Justo Millán, cuyo trabajo trasciende generaciones. Con esta nueva calle, Murcia consolida su compromiso con la puesta en valor de su patrimonio histórico y cultural.
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