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La tragedia deliberadamente ignorada

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La tragedia deliberadamente ignorada

Antonio García

Ya está bien. ¡Por el amor de Dios, ¿hasta cuando?! Resulta tan trágico y evidente, que da vergüenza observar la escandalosa indiferencia que corroe las almas del mundo “civilizado”. Algunas veces, casi de pasada me he referido a la persecución que sufren los cristianos de hoy en cualquier parte del globo. No se trata de la indiferencia hacia lo religioso, algo corriente en nuestros días. Ni siquiera la desvinculación e incluso del abandono total, voluntario y consciente de la religión. Allá cada cual, y no seré yo el juzgador. Se trata de algo muchísimo más grave: la indiferencia ante un genocidio. A la persecución y matanza incesante de seres humanos por el solo hecho de su fe. Más odio no puede caber. Ni mayor barbarie.

Creo haber comentado alguna vez la diversión favorita de la progresía de izquierdas y uno de sus brazos armados, el lobby feminista y derivados de género, consistente en atentar contra monumentos religiosos, destrozar el interior de las iglesias y profanar el Sagrario. Actos abyectos, degradantes y cobardes cometidos en nombre de la “liberté, egalité y fraternité”. O sea, de la modernidad laicista, que deja vergonzosamente impune cualquier ataque contra lo más sagrado del creyente. Pero no voy a eso.

Son muchos los lugares del planeta donde los cristianos están cayendo como moscas en nombre de Alá. El 2 de Abril de 2015 terroristas islamistas atacaron la Universidad de Garissa, en Kenia. Fueron asesinados de una tacada 148 cristianos, mediante disparos y decapitaciones. Silencio en los medios. De hecho, en el Parlamento Europeo, partidos de izquierdas intentaron borrar toda referencia a los cristianos en la moción de censura de dicha masacre. El periódico socialista El País se guardó muy bien de hacer un llamamiento contra la “cristianofobia”.

En Corea del Norte hay más de 60.000 cristianos en campos de concentración, obligados a trabajos forzados. Corea del Norte, con su régimen comunista -que respeta exquisitamente los derechos humanos-, encabeza el ranking de persecución al cristianismo por decimoctavo año consecutivo.

En Siria sirven de espectáculo público las decapitaciones de todo aquel que no renuncia a su fe y se convierte al Islam.

En Nigeria, van ya 11.000 cristianos asesinados por sus creencias. Un país africano densamente poblado donde los cristianos mueren como chinches a manos de los musulmanes.

En Egipto, recientemente ha tenido lugar otro atentado más de la ya larga serie contra los cristianos en este país. La carga de los terroristas produjo cincuenta muertes y dejó más de cien heridos.

En Sri Lanka, este 2019 está siendo uno de los más sangrientos contra los cristianos. De hecho, las autoridades católicas han informado del cierre de todas las iglesias por temor a nuevos ataques, como el producido el Domingo de Resurrección.

En Burkina Faso, dos bombas en la Catedral de Nuestra Señora del Carmen dejaron al menos veinte muertos y ciento once heridos.

Pakistán, Afganistán, Irak, Irán, Somalia, Maldivas, Yemen, Eritrea, Libia, Laos,… Y podría seguir enumerando los países en los que ya no es cuestión de atentados mortales, sino que ser cristiano es algo que se debe llevar en secreto: Arabia Saudí, Marruecos, China… Podría seguir, mas, ¡para qué! Que más da. Qué le importa a la mayoría de la gente. Y sobre todo, qué le importa a la prensa española. Los grandes medios de nuestro país acudieron prestos a darle una gran cobertura al reciente atentado en dos mezquitas de Nueva Zelanda. Pero, ¿qué publican de la continua masacre de cristianos que se está produciendo a diario? Raro es el día en que no caen heridos de muerte sacerdotes y mojas misioneros en el tercer mundo. Y frecuente es que, en nuestro primer mundo, algún sacerdote sea asesinado en plena celebración de la Eucaristía ante los ojos incrédulos y atónitos de los asistentes.

Los musulmanes lo tienen justificado –y ordenado- en su libro sagrado. Sólo una breve muestra: Corán 8:12: Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: “Yo estoy con vosotros. Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones dem quienes no crean. ¡Cortadles el cuello, pegadles en todos los dedos!”. Corán 9:5: Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores (los cristianos por asociar Jesús con la divinidad) dondequiera que les encontréis. Capturadles! Sitiadles! Tendedles emboscadas por todas partes! Pero si se arrepienten, hacen la azalá y dan el azaque, entonces dejadles en paz! Alá es indulgente, misericordioso. Corán 9:123: ¡Creyentes! ¡Combatid contra los infieles que tengáis cerca! Que os encuentren duros! ¡Sabed que Alá está con los que Le temen!…

Pero, ¿qué pasa en nuestra sociedad occidental, cuya civilización se construyó en base a los principios cristianos? Más de 245 millones de creyentes viven esta situación en el mundo. El Islam, en primer lugar, y el Comunismo son los mayores enemigos de la fe cristiana, tan fieros que en algunos de los países la presencia de los seguidores de Cristo es nula o testimonial.

Es muy sorprendente, escandaloso e indecente que la prensa española “no se entere” de lo que está pasando a lo largo y ancho del planeta. Aunque solo fuese por un elemental sentido humanitario. Y digo más, ¿qué tiene Occidente contra el anuncio de Jesús? Jamás en la historia se ha dado un mensaje tan lleno de paz, solidaridad, misericordia, tolerancia, respeto, amor al prójimo… ¿Qué ideología ha superado ni en un ápice lo contenido en el Evangelio? ¿A quienes y por qué molesta el cristianismo? ¿Alguien me puede contestar?

Y sin embargo, en esas estamos. En nuestro mundo se le desprecia o se le ignora, como se oculta e ignora tan brutal persecución. Y en el mundo musulmán (alianza de civilizaciones y multiculturalismo) y comunista se le persigue y asesina a sus seguidores. ¿De donde tanto desprecio y ocultamiento? ¿Por qué se silencia semejante genocidio? ¿Quién maneja los hilos de nuestra conciencia personal y colectiva?

¿Por qué? ¿Por qué…?

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