El Faro de Hellín

Asistiendo en buen número al Coso Taurino de La Glorieta

Emilio Sánchez

Gran respuesta del público para asistir al espectáculo taurino muy bien organizado por los toreros hellineros, encontrando la respuesta en el aficionado. La colaboración fue total, desde la buena temperatura de la jornada, hasta el final feliz de los toreros locales, que supieron escoger un buen ganado para el disfrute de quienes soñaron en su día con ser figuras, y en este festejo lo fueron, como llevar la alegría, aunque fuera por unas horas, a toda una familia, la de “Triana”.
Triana fue llevada a hombros tras el festejo y se convirtió en la triunfadora total.

Entrando en materia taurina, los cinco espadas sacaron, cada uno, su manera de torear que mostraron en los años que vestían el traje de luces. Realizaron tandas científicas, con un signo de grandes toreros, teniendo el novillo enfrente y empleando la técnica aprendida en su paso por la escuela taurina de Hellín hace 20 años, aplicando la sapiencia y los términos de su arte.

Lástima que, a la hora de rubricar las faenas, la espada les jugara una mala pasada, tropezando al no acertar en el “hoyo de las agujas”. A pesar de ello, se vieron tandas de verdadero toreo y muy variados con el capote, todo ello bien aderezado por el buen juego de los novillos de “Hermanos Ruiz Cánovas”.

Ficha del Festejo:
Buena entrada, llenando la totalidad del graderío de sombra.

Novillos de Hermanos Ruiz Cánovas, premiados con la vuelta al ruedo al segundo de la tarde. Los cinco restantes fueron aplaudidos en el arrastre, colaborando con los espadas.

José Antonio Moreno: Ovación tras rematar su faena al no acertar con la espada.

Pedro Martínez: Oreja al segundo de la tarde después de una faena artística con redondos y desplantes. Si hubiera acertado a la primera con la espada, el premio habría sido mayor.

Manuel Cuenca: Mostró variedad en su toreo, banderilleando a su oponente con buen estilo, recordando al granadino Fandi. Pinchó en muchas ocasiones, lo que le privó de los trofeos.

Juan A. Valverde: Tardó en acoplarse con su novillo, pero con estilo sacó muletazos limpios y filmó tandas de redondos por ambos pitones. Estuvo acertado con los palos y culminó la faena con la espada en el segundo intento. Le otorgaron las dos orejas de ley.

Jesús Jiménez: Alegró la tarde y puso toda la carne en el asador en cada una de sus intervenciones, tanto con las banderillas como con el capote de recibo y las buenas tandas de muletazos al novillo con más presencia de la tarde. Supo estar como un verdadero torero y con el empaque de lidiador. También estuvo acertado con los aceros, y el palco premió su faena con los máximos trofeos, orejas y rabo.

El sexto novillo fue un regalo de los actuantes, y lo lidiaron al compás, siendo Manuel Cuenca quien realizó la labor con la muleta. Nuevamente, el fallo en el pincho le impidió el éxito. Fue ovacionado por todos los actuantes y dieron una vuelta al ruedo, con la niña Triana como protagonista de la tarde.