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¿Qué nos está pasando?

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¿Qué nos está pasando?

Por Conchi Catalán

Si fuera posible aplicar un “valorámetro” a esta sociedad nuestra llamada “civilizada”, nos asombraríamos de los resultados que, dicho aparato – (si existiera)- marcaría al evaluar el nivel de valores humanos al que estamos llegando… Y es que visto “como está el patio”, es inevitable preguntarse: ¿Nos enfrentamos a una sociedad sin valores?…

Cada día, si se nos ocurre prestar un poco de atención a nuestro alrededor, descubrimos mil comportamientos, miles de actitudes para los que no encontramos respuesta – al menos yo no la encuentro.

Hace menos de una semana, Donald Trump, ha sido nombrado presidente de los Estados Unidos. “El primer presidente delincuente”, condenado por más de 34 delitos cometidos, pero ESO DA IGUAL.

El mismo día de su toma de posesión ha empezado a aplicar la mayor deportación de la historia de personas inmigrantes, que huían del hambre y la miseria buscando un futuro, pero ESO DA IGUAL, esas vidas no importan lo más mínimo.

Instigó y animó a reventar el Capitolio porque no admitió el resultado electoral, ocasionando cientos de heridos y algunos muertos, pero ESO DA IGUAL, ahora los indulta a todos y no pasa ni media.

Los problemas del cambio climático, para él son una “estafa”, por eso nada más sentarse en el sillón presidencial, ha firmado la salida de EEUU del Acuerdo del Clima y de la OMS porque contra la COVID, ni vacuna ni nada, con “inyectarse lejía” está todo solucionado, pero ESO DA IGUAL, por no hablar del retroceso en políticas sobre los derechos del colectivo LGTBI o de la mujer. Un presidente acusado de acoso sexual por varias mujeres, condenado y capaz de emitir con total tranquilidad comentarios denigrantes sobre ellas, pero ESO DA IGUAL…

Sí, podemos decir que el día 20 de enero, fue un mal día para las mujeres, los migrantes, los ucranianos, los niños, la clase media, los latinos, los periodistas, los pobres… aunque todos ellos a Trump, le DAN IGUAL, a él solo le importa él, pero lo peor de todo esto es que le han votado más de 77 millones de personas, para los que probablemente, aunque ellos no lo sepan, el 20 de enero de 2025, también será un mal día, excepto para la cohorte de millonarios y poderosos afines, a quienes su presidencia los va a enriquecer aún más.

Esta sociedad hipnotizada por un “demagogo mesiánico y ególatra” es el reflejo de un mundo ignorante e insensible que, de manera escandalosa, ha sido víctima de una campaña de desinformación cuidadosamente orquestada por seres como Elon Musk y su red social.

América ha premiado a un “proyecto de país deshumanizador”. El “America Great Again” a costa de fastidiar al resto del mundo.

Con Trump en el poder, se afinca la evidencia del derrocamiento de los valores que desde siempre nos salvaron: el respeto, la compasión, la empatía, la honestidad, la justicia, la verdad, la tolerancia…Pero no solo es Trump, repito que detrás del personaje hay 77 millones de americanos y muchos otros en cuyas manos una parte del mundo ha puesto el poder (Netanyahu, Putin, Maduro, Milei, Musk…por nombrar a algunos) …

Todos estos personajes están colapsando el orden internacional incluidos los derechos humanos, están cambiando los valores, con los que el mundo democrático ha funcionado, por antivalores utilizados en nombre de Dios, la justicia o no sé qué más…

Las sociedades se encaminan a cimentarse sobre el poder, el dinero, la egolatría, la mentira y la falta de escrúpulos.

El poder que, bajo acusaciones falsas y bulos, les permite machacar al débil y les da derecho anexionarse territorios por la fuerza masacrando a miles de seres humanos inocentes.

El dinero, que “lo puede todo”, hasta hacer verdad las mentiras más viles…

La egolatría que permite a estos sujetos mirar con prepotencia y desprecio al resto de los mortales a quienes consideran inferiores.

El panorama no es muy alentador, pero todo esto NO PUEDE DARNOS IGUAL…

El resto del mundo, no debe asumir los abusos hasta normalizarlos, encogerse de hombros y tirar la toalla. Un genocida, es un genocida, aunque trate de blanquearlo el país más poderoso del mundo. Un dictador, es un dictador, por más que la masa enfervorecida le aplauda y vitoree. Un delincuente es un delincuente, por más que se le quiera dar la vuelta a los hechos y acusar a otros…

La razón, no puede ser la del más fuerte, sino la que está al servicio de la verdad, la ética y la honestidad.

 

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