El Faro de Hellín

La situación de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Hellín ha encendido las alarmas

Dos traslados, una baja y un puesto vacante han dejado al servicio en una posición crítica, obligando al centro a derivar pacientes al Hospital General Universitario de Albacete. Este escenario recuerda lo sucedido hace meses en el Hospital de Almansa, donde la UCI fue reemplazada por Cuidados Intermedios.

Un problema de previsión y planificación

Según profesionales del hospital hellinero, la problemática no radica en recortes presupuestarios, como ocurrió en el pasado con el triaje de Urgencias, sino en una falta de previsión administrativa. El reciente concurso de oposiciones, que ofertó plazas en el Hospital de Albacete, ha provocado que Hellín pierda a dos especialistas, mientras que una tercera posición ha quedado vacante y se suma a una baja no cubierta.

De momento, las cirugías convencionales continúan sin incidencias, pero los pacientes que requieren cuidados intensivos enfrentan una incertidumbre alarmante, ya que la cobertura no está garantizada durante toda la semana.

Un servicio esencial, en peligro

El Hospital de Hellín, uno de los cinco que operan en la provincia de Albacete y parte de los dieciséis en Castilla-La Mancha, es un centro de referencia en la comarca. Los profesionales del centro recalcan que la UCI es un servicio imprescindible, no solo para emergencias locales, sino también como soporte a otros departamentos.

La situación no es nueva en la región. En el caso del Hospital de Almansa, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (Sescam) justificó el cierre temporal de su UCI por la dificultad para cubrir plazas de anestesia e intensivistas, calificando la situación de “coyuntural”. Sin embargo, seis meses después, el hospital aún no ha recuperado este servicio clave.

Impacto en la atención sanitaria

El traslado de pacientes a Albacete supone no solo un desafío logístico, sino también un riesgo para los pacientes que requieren atención inmediata. Además, incrementa la presión sobre la ya saturada UCI del Hospital General Universitario de Albacete.

Los profesionales sanitarios confían en que se encuentre una solución rápida para evitar que Hellín siga los pasos de Almansa. Sin embargo, la incertidumbre persiste, y queda en evidencia la necesidad de una planificación más estratégica por parte del Sescam para evitar que estas situaciones se repitan en otros centros de la región.

Reflexión final

La falta de especialistas en áreas críticas como anestesia y cuidados intensivos no es exclusiva de Castilla-La Mancha; es un problema que afecta a nivel nacional. Sin embargo, para hospitales comarcales como el de Hellín, perder servicios esenciales puede tener un impacto devastador en las comunidades que dependen de ellos. Urge una solución estructural que aborde la falta de personal, desde la formación hasta la contratación y retención de profesionales.

Los próximos meses serán decisivos para determinar si el hospital recuperará su UCI o si esta pérdida se convertirá en un precedente preocupante para la región.