El Faro de Hellín

Hace unos años, como está ocurriendo en la actualidad, el fantasma de la sequía acechaba a muchas de las zonas de este casi siempre, por unas causas o por otras, malhadado país.

Por la actualidad del problema, en aquella ocasión publicábamos un comentario titulado “La pertinaz sequía” asegurando que la frase nos traía recuerdos de épocas lejanas, cuando todo lo malo que pasaba en aquella España amordazada y oprimida por una cruel posguerra, se achacaba a la escasez de lluvia.

Ahora, un año más, la expresión vuelve a tomar plena actualidad en todos los medios de comunicación y es tema de conversación en los corrillos y no solamente de las personas que dependen directamente del campo y sus cosechas.

Según los técnicos en la materia, que ahora hay muchos y con los más adelantadas técnicas de previsión, esta puede ser una de las más importantes en lo que llevamos de siglo, comparada a las que se vivió en los año 2005 y 2012, y tiene como causa principal el calentamiento del globo terráqueo por la gran emisión de C02 a la atmosfera a través de los usos industriales y los medios de transporte, que condicionan el cambio climático altamente perjudicial, especialmente para países como España con muchas zonas semidesérticas.

Así, se habla de las provincias de Valencia, Alicante, Murcia y gran parte de Albacete, precisamente la zona donde está ubicado nuestro municipio y su comarca, que, según algunas publicaciones, un periodo de sequía, como el de los últimos meses, hacía 150 años que no se había sufrido algo parecido.

Ante la roñosería del cielo para agasajarnos con la bendición de la lluvia, poco se puede hacer sino es tomar medidas atenuantes, unas de primera mano al alcance de cualquier ciudadano responsable y civilizado: controlar el gasto domestico y sobre todo el ahorro de agua a la hora de consumirla, educando a los escolares en los colegios y domicilios a utilizarla siempre con responsabilidad, como también vigilar el gasto público y otras, mucho mas profesionales, que atañen a agricultores e industriales, por lo que todos, ante los tiempos que al parecer se avecinan, tendremos que aplicarnos por el bien común.

Llenar España de árboles
Precisamente en aquel artículo sacábamos a relación un trabajo firmado por Antonio Ruiz de Elvira, catedrático de Física de la Universidad de Alcalá de Henares, que hablaba de soluciones ante el desastre ecológico que se nos echaba encima asegurando que “necesitamos agua y la solución no es llevar el agua escasa que tenemos de un lugar a otro, (…) Necesitamos retener en el suelo la poco agua que caiga, y necesitamos sombra. Los árboles son muy baratos y dan mucho trabajo. Además los árboles disparan la lluvia al emitir vapor de agua y fijan el suelo contra las desertizaciones. El Estado debe de dejarse de paños calientes y debe llenar España de árboles contra la sequía…”.

Ahora cuando ya han pasado una decena de años de este comentario, creo que poca gente le hizo caso a este catedrático bienintencionado, todo los contrario, no solo no se plantan más árboles sino que cada verano aparecen más incendios forestales, quemando, a pesar de los esfuerzos de los distintos medios de extinción, verdaderos héroes de este asunto, centenares de hectáreas, y lo más hiriente e inadmisible es que un muy elevado tanto por ciento de estos siniestros son provocados por la mano del hombre.