El Faro de Hellín

En varios edificios, incluida la Casa Consistorial, se están arreglando las fachadas

Parece ser que los movimientos vecinales a favor de que la calle más emblemática de nuestra ciudad, el rabal, no agonice y vuelta a tener, sino toda, parte de la actividad que tuvo antaño está dando, poco a poco, resultados.

Si no ha sido posible que las últimas entidades bancarias y algunos comercios hayan abandonado su ubicación de tantos años, si es cierto que otros emprendedores han aparecido y hay buenas perspectivas que en poco tiempo aumente el número de los comerciantes que se atrevan a establecerse en la que sigue siendo la más carismática calle de Hellín.

Para ello está contribuyendo, junto a las nombradas plataformas, el Ayuntamiento de la ciudad, concretamente en la persona de su concejal de Urbanismo, Juan Antonio Moreno Moya, que días atrás enviaba un requerimiento a los propietarios de los inmuebles de la calle para que lleven a cabo las tareas necesarias para remodelar y dar la necesaria atención a fachadas y vistas exteriores, asegurando que muchas de ellas presentaban aspectos penosos.

Moreno Moya, se apoyaba en una normativa vigente que habla del deber que tiene todo ciudadano de conservar los edificios de su propiedad, aunque no habiten en ellos. Tras el requerimiento llegaba ala visita de los técnicos municipales para contrastar el estado actual de este mobiliario urbano y poner en conocimiento de estos propietarios las tareas imprescindibles de realizar.

Comienzan los trabajos de remodelación y limpieza
La medida ha dado en parte resultado, pues ya hemos podido comprobar como en algunos edificios están llevando ya a cabo tarea de pinturas y arreglos de puertas y ventanas. El mismo Ayuntamiento, predicando con el ejemplo, ha comenzado a pintar la Casa Consistorial, iniciando los trabajos por la fachada de la Plaza de la Iglesia, donde también se han colocado 12 bancos de piedra autóctona de gran peso, lo que evitaría los robos sufridos en otras ocasiones.

El concejal de Economía y Hacienda también hablaba de la necesidad de tomar otras medidas, si se quería revitalizar la zona, como le pidieron los comerciantes en su última reunión, anunciándoles que pronto tendrían nuevos vecinos pues se habían recibido tres nuevas peticiones de licencias para abrir comercios en la calle.

También nombraba el edil, como medidas de apoyo, la próxima apertura del aparcamiento subterráneo de la calle Sol, que haría más cómodo el acceso al Rabal o la puesta en marcha del Museo de Semana Santa, con el consiguiente flujo de visitantes.

No quiso dejar de lado las subvenciones que se están poniendo al alcance de los vecinos para promover la actividad comercial en algunas calles, la rebaja de impuestos y la medida de otorgar dos años de exención del IBI a quienes creen puestos de trabajo más otras medidas que se están estudiando en las distintas comisiones del Concejo, para ponerlas en marcha lo antes posible.

Había que dar un paso adelante, unos y otros lo han dado. El Rabal no merecía el trato que se le había dado en los últimos tiempos.