El Faro de Hellín

Preocupación entre los hellineros tras los incidentes del pasado Domingo de Resurrección

TIH (Tamborileros Independientes de Hellín)

Casi un año después de los incidentes que marcaron el Domingo de Resurrección en 2023, los tamborileros de Hellín quieren expresar su preocupación ante la posibilidad de que se repitan situaciones similares en la Semana Santa de 2024. Como actores de esta tradición tan importante en nuestra ciudad, es nuestro deber alertar a las autoridades y organizadores sobre los riesgos que pueden surgir si no se toman medidas preventivas adecuadas.

El pasado año, nos enfrentamos a una serie de contratiempos que empañaron la celebración y pusieron en riesgo la integridad de los participantes. Desde el retraso inicial en el encuentro de la Hermandad de “El Resucitado”, que desencadenó una sucesión de eventos que afectaron a los horarios y a la fluidez de las procesiones, hasta los momentos de tensión y aglomeración en las calles adyacentes al recorrido habitual, como San Juan y Mesones, donde nos vimos obligados a buscar alternativas para continuar con nuestra participación.

La falta de coordinación y la ausencia de medidas para controlar la multitud resultaron en cortes indiscriminados de tamborileros en las calles, lo que generó una masificación que dificultó nuestra movilidad y el desarrollo normal de la tamborada. Lamentablemente, también fuimos testigos de actos de boicot y desorden en algunas zonas, como en la calle El Rabal, donde se registraron insultos, peleas y la alteración del orden público.

Es crucial destacar que, a pesar de las dificultades, los tamborileros cumplimos con el momento de silencio en el encuentro, otorgando el debido respeto a esta emotiva tradición. Sin embargo, la densidad de la multitud y la prisa ocasionada por los cortes impidieron que pudiéramos disfrutar plenamente de este momento, afectando así el cierre de la Semana Santa.

Ante este panorama, instamos a las autoridades y organizadores a tomar medidas efectivas y concretas para evitar que estos problemas se repitan en el futuro. La falta de acción podría desencadenar nuevamente situaciones de caos y desorden que pondrían en riesgo la seguridad y la integridad de los participantes en nuestras celebraciones tradicionales.