Antonio García
Justo este sábado en que llega mi humilde artículo a sus manos, sufridos lectores, justo en este día de concentrada reflexión, es cuando me apetece darles un repaso a los políticos que han tenido la desfachatez de calentarles la cabeza a los ciudadanos televidentes… pa ná. Porque no ha habido tales debates, sino una pantomima en que cada uno ha procurado echarle la más mierda posible al otro y un escaso y atropellado trabalenguas sobre algunos temas de interés. ¿Alguno de ustedes ha podido confirmar cual de los cuatro es un verdadero hombre de Estado? Yo para mí que un debate es cuando dos o más personas, ordenadamente, discuten de un tema con opiniones y puntos de vista diferentes. Y el espectador, atento a las respuestas de cada uno sobre el tema elegido, decide quién le convence más. Zanjado dicho asunto, se puede pasar a otro y así sucesivamente, pero repito, con orden y respeto.
Dicho esto, ahora les cuento la verdad: no he visto ninguno de los “debates”, ni ganas que tenía ni pajolera falta que me ha hecho. Pero la información abunda y está al alcance de cualquiera.
Desde el momento en que me enteré de que a un determinado partido político -que viene pisando fuerte, que al parecer va embalado al 28-A, que ya ha obtenido buenos resultados en unas autonómicas, y que está en boca de casi todos, para bien o para mal- le negaron el acceso a la confrontación televisiva, me dije a yo mismo: he ahí la catadura de los cuatro jinetes del Apocalipsis. La del Pedro, porque la sombra del PSOE es alargada y ha llegado a ensombrecer a la mismísima Junta Electoral Central. No me cabe la menor duda. Y los otros tres, sabedores de ello, encantados de la vida. Sobre todo dos que en 2015, sin tener representación parlamentaria, sí que fueron protagonistas admitidos al cotarro de la caja tonta. Eso se llama elegancia, ética y talante democrático. Además de acojono, porque me barrunto que a dicho partido excluido del “debate” le tienen todos más miedo que a un inspector de Hacienda enojado y con dolor de muelas. Así que, como aún no han sido las elecciones y ya empezamos con malas artes, me insistí a yo mismo: que les den por donde amargan los pepinos.
Pero esa es solo una de las causas de mi rechazo a la mortificación. Verán, si nos ponemos en plan de “la economía lo es todo”, o sease, que es lo principal o incluso lo único que interesa a la mayoría de los compatriotas, pues la cosa está clara. Repasen ustedes la historia reciente y díganme, con la cartera en el pecho, en qué legislaturas ha ido al borde del precipicio y en cuales ha vuelto a recuperarse. No piensen tanto que está chupao. Y no es una opinión, son datos. Una cierta tendencia ideológica está especializada en arruinar –sobre todo a quienes más les votan- y la otra en salvar los muebles e incluso decorar un poquito la casa. Por lo menos en mi país y hasta ahora. Pero digo, que con ser lo económico muy importante –quién se atreve a negarlo-, para mí no es suficiente. E incluso no es lo absolutamente primordial. Ea, raro que es uno. Me explico. Para un servidor hay cosas de primera necesidad a la hora de gobernar un país y dirigirlo hacia el verdadero progreso, en todos los sentidos, y no esta baratija del “progresismo” que hoy nos venden, que es puro camelo con más veneno que una víbora.
La Educación. Desde el arranque de la democracia y las primeras elecciones, no ha habido cojones a hacer un plan de educación en condiciones. Todos la quieren manejar y todos quieren sacar de ella tajada ideológica. Partidista. Sectaria. Pero no solo importan los Planes de Educación, sino extender la conciencia en el pueblo “soberanito” de su tremenda importancia para el ser humano. En todos los órdenes de la vida. Pues ni flores.
El respeto a la vida desde la concepción. El primer derecho es nacer y después, todos lo demás. ¿Cuántos planes, incentivos y ayudas a las mujeres embarazadas –artífices del futuro- existen en España? ¿Cuánto se invierte en nuestro país en proteger y ayudar a las familias? Cero patatero. Y eso que se la llama “la célula básica de la sociedad”. ¡Mamma mía! ¿Qué sería de ella si solo fuese la corbata? Pues eso, que nos la estamos cargando a pasos agigantados y a ninguno de los cuatro jinetes del Apocalipsis se le ocurre un remedio.
Ideología de Género. Ya he escrito copiosamente sobre esto, pero atención a este titular: <<Pedro Sánchez no plantea aplicar la “Ley de Partidos” para las formaciones golpistas, pero sí prepara ya el ataque a VOX en base a esta normativa por rechazar la ideología de género. La amenaza del socialista aparece recogida en el propio programa electoral del PSOE con el que concurre al 28-A>>. ¿Qué les he contado siempre? Que al disidente del discurso oficial-totalitario se le quiere defenestrar. ¿Democracia? ¡Vamos, anda! Y lo más gordo, los otros tres pies pal banco caminan por la misma senda. Órdenes de la ONU y del señor Soros.
Eso sí, todos a la “eutanasia y la muerte digna”. Pero… ¿saben estos indecentes lo que es la dignidad humana?
Y tengo que acabar porque apenas queda espacio, aunque hay más tela que cortar. ¿Cómo es posible querer gobernar, acudir a un debate público y tachar a otros de corruptos cuando cierto partido proletario y obrerista tiene el récord Guinness de la corrupción en España? Palabrica que no me lo termino de creer.
En fin, los terroristas en las instituciones del Estado, la silenciosa invasión musulmana, la promoción del enfrentamiento guerracivilista, el agobiante endeudamiento, el derroche sin cuento ni mesura, la ruptura de la unidad española, la innecesaria multiplicación de administraciones, las tropecientas mil oenegés parasitarias, costosas, inútiles y pesebreras, el ataque constante al cristianismo, la perversión de menores en las aulas… Y más y más. Me mareo. Si han leído todo esto, no se lo cuenten a nadie. Estamos reflexionando.
Que ustedes voten bien.
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