La orden religiosa cede todos sus derechos sobre el edificio al Ayuntamiento y al Obispado de Albacete
En la mañana del viernes, y en la salón de actos de la Casa Consistorial se llevaba a cabo la firma del convenio sobre el convento de San Francisco de la ciudad, por parte del alcalde de Hellín, Ramón García, el Vicario General de la Diócesis de Albacete, Luis Enrique Martínez, y el Ministro Provincial de la Provincia Franciscana de la Inmaculada Concepción (OFM).
Antes de la firma, tomaba la palabra Ramón García, para mostrar su satisfacción, por el acuerdo conseguido, que, expresó, cerraba una etapa, pero habría otra para encontrar los fondos necesarios para la restauración del edificio, muy deteriorado.
Más adelante explicaba que el Obispado sería el encargado de la zona de la templo del convento, mientras el Ayuntamiento se haría cargo de las demás dependencias para poder volver a instalar el Centro Joven.
“Vamos a firmar dos convenios, explicaba el alcalde, el primero a tres partes entre la Orden Franciscana, el Obispado y el Ayuntamiento, que es el de cesión del inmueble, con la renuncia de la orden religiosa de cualquier derecho sobre el convento, y una segunda parte que es la cesión por parte del Ayuntamiento por 75 años de uso al Obispado”.
“El segundo convenio, continuaba, entre el Obispado y el Ayuntamiento para buscar todas las ayudas que sean necesarias para la restauración del inmueble y también la responsabilidad que asumimos ambas partes para conseguir el dinero necesario para llevar a cabo esa restauración que sera sufragado a un 50%” .
Más adelante el alcalde de la ciudad, anunciaba el encargo de hacer una memoria técnica que indicase, en qué estado se encontraba el convento, y cuáles eran las obras más inmediatas que se tenían que llevar a cabo en cuanto a la rehabilitación.
Por su parte el Luis Enrique Martínez, dijo que había que alegrase de haber llegado al termino de un largo proceso, “con muchos avatares, idas y venidas y correcciones”, pero que por fin se había encontrado una fórmula cuya única finalidad era que el convento pudiera ser útil para el pueblo de Hellín , por último Juan Carlos Moya, señaló que para su orden era asimismo un momento importante, para que este edificio este a disposición de las personas y así sería una garantía de cuidado y conservación.
El fraile franciscano añadía que estaba seguro que el uso que se le iba a dar al convento sería acorde con los que significaba el edificio, lo que para ellos era una tranquilidad que estuviese en manos de la Diócesis de Albacete y el Ayuntamiento de Hellín.
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