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Por Pilar Barcina
Psicóloga y Coach

“Vas vestida como una fresca, cámbiate”; “Son las 4 de la mañana, vete a casa”, “¿Dónde estás y con quién?”

La violencia contra la pareja se produce en todos los países, en todas las culturas y en todos los niveles sociales. El maltrato no consiste únicamente en patadas o puñetazos, también incluye coacción sexual, intimidación, humillación, los comportamientos controladores, o aislar a una persona de su familia y amigos. El maltrato no es solo físico, también supone actitudes como el abuso verbal, las amenazas o la manipulación psicológica.

Existen diferentes tipos de violencia. Pero me centraré en la violencia de género, entendido como maltrato o violencia hacia una persona por pertenecer al género femenino. En este tipo de maltrato existe, por lo general, una relación de afectividad; En la violencia doméstica sobre las mujeres el agresor se encuentra en una posición de dominio permanente sobre la mujer.

Cuantas veces habremos escuchado… ” La violencia domestica se da en situaciones aisladas”, “las personas que son víctimas de violencia doméstica se lo buscan”,”la violencia psicológica no es tan grave como la física”,”nosotros es que somos muy celosos”. ”La violencia doméstica es producto de algún tipo de enfermedad mental”. Decir esto último es un gran error y supone una humillación para las personas que tienen un trastorno mental. Nunca más lo repitas.

El círculo de la violencia se divide en fases. La primera, “fase de tensión” es cuando las agresiones se manifiestan de forma verbal o física leve como empujones. La mujer intenta racionalizar esta situación como mecanismo de defensa, para conseguir adaptarse a ella, y crea sentimientos de autoinculpación “lo he provocado”. Además, intenta quitarle hierro “es sólo un empujón”. La segunda fase es la “fase de explosión violenta”, en la cual la tensión es tan elevada que el agresor “explota” y se producen los comportamientos violentos. Es ahora cuando llega la fase de amabilidad o “luna de miel”, donde el agresor promete “que no volverá a pasar”. En este momento es donde aparece la amabilidad extrema, “me llenó la casa de flores”. Es aquí cuando aparece la trampa, ya que la mujer permanece en esa situación ante la ilusión de cambio. Es algo aparentemente perfecto, pero que durará menos de lo que puedas imaginar.

En general, los maltratadores son personas impulsivas, celosos, intolerantes con la independencia de la mujer, con una baja autoestima, muy seguros o inseguros de sí mismos, dependientes a una relación de dominancia…

Existe algo similar a un perfil del maltratador, pero nunca jamás intentéis buscar un perfil de persona maltrata, porque sólo con buscarlo estaréis dándole una justificación al maltrato.

“Huye como si de la peste se tratase”.

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