Por Antonio García
Por fin, señoras y señores, por fin. Ya iba siendo hora de que en un pleno municipal se debata el futuro de la ciudad. El progreso real de este nuestro tan querido Hellín. El estado de bienestar de nuestra tierra. El desarrollo de la economía y servicios que tan deteriorados se encuentran en estos tiempos de insana crisis y que, como no puede ser de otra manera, nos afectan de forma tan peculiar.
El próximo día 8 de Marzo, en el Pleno Municipal se asentarán, de una vez por todas, las bases de la felicidad y prosperidad de los hellineros.
La propuesta de este singular y decisivo debate viene de la mano de la sin par IU que, como todos saben, siempre anda preocupada por la defensa de los más desprotegidos, débiles e inocentes. Lo mismico, lo mismico que el PSOE.
Pues bien, entremos en materia. Como ustedes ya sabrán, don Javier Morcillo, testa visible del partido, ha presentado en el registro municipal del Excelentísimo una moción que, con el novedoso y metafísico título “Sin igualdad no hay democracia” pretende que se constituya y refuerce la Concejalía de la Mujer e Igualdad de Género. Desde luego, dotada sin límites de competencias que incidan en el resto de políticas municipales y cargadita de pasta gansa, o sea, con un presupuesto a la altura de tan imprescindible concejalía.
Y además llega en el momento oportuno, dado que en Hellín no hay una puñetera industria que valga la pena y el Ayuntamiento tiene las arcas llenas de telarañas. Esto generará riqueza.
Pero no se vayan ustedes a pensar que el contenido de la moción es baladí. Veamos: por un lado, proponerle al gobierno Autonómico y Central que modifique la Ley Electoral para que, al menos, en cada lista haya un 50% de jambas. Repito, “al menos”. Hayga que sacarlas de donde hayga que sacarlas, pero que las hayga. ¡Por cojones! Perdón, digo, por ley. Y yo, que soy un devoto irredento del sexo femenino -¿o debería decir, género?-, me pregunto: pues ya nos hemos cargado la igualdad, antes de empezar a ser iguales. Porque al macho no se le va a permitir lo de “al menos” el 50%. De cada diez, como mucho cinco jambos. Hembras, pueden ser cinco, seis, siete… Es decir, una prueba más de que en España lo que menos importa es la preparación y valía personal para un cargo. Todo sea por el género, que me apuesto uno y la mitad del otro a que el noventa y nueve por ciento como mínimo de los españoles, no sabe lo que quiere decir. Aunque de todas formas, “igual da”.
Y la otra propuesta estrella es que se despenalice totalmente la mal llamada “interrupción voluntaria del embarazo”. O sea, a abortar que ancha es Castilla.
A mi esto último me ha sorprendido mucho, porque me ha dado en pensar en el modelo ruso de los comunistas (IU es comunista ¿no?, ya no me aclaro). Es decir, el paraíso terrenal de las izquierdas más izquierdosas, cuyo mayor sueño siempre ha sido echarse una meadica en la pared del Kremlin, y hacerse un retrato con Lenin y Stalin, arquetipos universales de la democracia y las libertades.
Y es que, si bien es cierto que Rusia fue el primer país europeo en legalizar el aborto en 1920 bajo gobierno comunista, en la actualidad están echando marcha atrás. Desde luego no por razones morales o éticas, sino porque le han visto los dientes al lobo y, como son listos (no como aquí) se han dado cuenta de que se están quedando sin gente joven. Vamos, que no hay reemplazo generacional y que el camino que llevan Europa y la ONU no es para ellos. Además de empezarles a entrar la risa de lo cafres que somos en este Occidente civilizado y su omnipresente ONU. En la actualidad, el genocidio abortista ruso se lleva por delante a casi dos millones de niños no nacidos al año. Hace poco en Moscú (patria del comunismo, concejal de Hellín) se llevó a cabo una Cumbre Demográfica bajo el lema “La Familia y el Futuro de la Humanidad”. ¡Que bellas palabras: familia, humanidad, futuro! Y fíjense ustedes, el evento fue auspiciado por el movimiento provida. Asistieron unos mil participantes y recibió el apoyo del presidente Medvedez, del primer ministro Putín, del Patriarca de Moscú y Rusia y de altos representantes de la Duma. Como primer paso, el presidente
firmó días atrás una ley que <<establece normas que obligan a señalar en la publicidad de las clínicas, que el crimen del aborto es dañino y peligroso para la salud de la mujer y que puede tener efectos colaterales como la pérdida de la fertilidad>>. ¿Oído, cocina? Es decir, una ley que recogió lo que la comunidad científica mundial y cualquiera con dos dedos de frente tienen archisabido.
En fin, no voy a recordar lo que ya les conté hace tiempo: el manifiesto de un numeroso contingente de personajes de la izquierda española, poco antes de las elecciones del 82, en defensa de la vida y contra el aborto y las múltiples declaraciones de grandes líderes de reconocido prestigio mundial del comunismo y el socialismo contra este crimen.
Señores de la IU local, y a todos mis políticos locales en general, va por ustedes. Lamento profundamente la tremenda ignorancia que les adorna, porque ninguno de ustedes –incluido usted, señor Morcillo- sabe realmente en donde nacen estas consignas, ni lo que pretenden. Ni tienen la más mínima sensibilidad para captar el daño que se están haciendo a sí mismos y la sociedad.
Que los dioses les amparen y no les echen por donde haya patatas sembrás.
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