En un salón de sesiones del Ayuntamiento completamente lleno
Al mediodía del viernes pasado se llevó a a cabo la ceremonia de la entrega del nombramiento de Hijo Predilecto de Hellín, al industrial Manuel Torrecillas Sorio, un nombramiento que tuvo lugar en la última sesión plenaria del Ayuntamiento de Hellín, celebrada el pasado 31 de marzo, y aprobada por unanimidad del Concejo Municipal.
Así, en el salón de sesiones de la Casa Consistorial, completamente lleno y con un protagonista visiblemente emocionado, tomó la palabra el primer lugar el alcalde de la ciudad. Ramón García, que, tras leer el acta que daba veracidad al nombramiento, propuesto por la Comisión de Cultura, quiso dejar en evidencia el orgullo que sentía en ese momento pues consideraba un reconocimiento de justicia hacia Manuel Torrecillas, donde más que premiar al empresario se premiaba a la persona, algo que daba constancia las numerosas personas que se había agrupado en el salón de sesiones.
En los mismos términos se expresaron los representantes de los distintos grupos municipales: Raquel Tomás, por Vox; María Jesús López, por AEH; Pedro García por el Partido Popular, y Julián Martínez, por el PSOE, para tomar la palabra el homenajeado que, en sus palabras, tras dar las gracias a la Corporación Municipal, con Ramón García a la cabeza, por haber pensado en él a la hora de conceder este honroso nombramiento, hacer un resumen de lo que había sido su larga existencia.
Así, indicó que su nacimiento, hace 89 años, fue en el barrio de San Roque, que sus primeros años como profesional los dedicó a la música marchando a Barcelona, aunque no consiguió adaptarse para, como el mismo aseguró, “de la noche a la mañana, sin consultar con nadie” decidió regresar a Hellín para trabajar en la industria del motor, donde llegó incluso a fabricar una moto pequeña, con el nombre de “Pony”, de la que pusieron en el mercado cien unidades que se vendían con muchas dificultades por la gran competencia que existía, así que derivaron sus trabajos a hacer carrocerías para camiones, transportar motocicletas con una flota de veinticinco camiones por toda España.
Quiso aquí Manuel Torrecillas hacer hincapié a la longevidad de su empresa con más de 65 años, donde si se añadían con los que su padre trabajó en su taller, sobrepasarían los 100, una empresa que mientras él viviera no desaparecería y que esperaba que sus descendientes continuarán con ella.
También recordó sus años de juventud trabajando en el taller de bicicletas con su padre, las escuelas nacionales donde realizó sus primeros estudios, su maestro hasta los 14 años, don Julián Espinosa, al que recordaba con mucho cariño, sus estudios de música, una de sus grandes vocaciones , donde trabajó en diferentes orquestas en teatros de la ciudad catalana, como explicó al principio de su intervención, tras hacer el servicio militar, sus amigos “del alma” como Witiza Marín, presente en el acto, y Rafael Campillo, ya fallecido.
Otra época de su vida que resaltó fue su marcha a Madrid para ponerse al día en la contabilidad de una empresa, donde tenía que viajar todas las semanas durante un año, ya casado, con tres hijos y varios negocios.
Más adelante, indicó su entrada en el negocio de la venta de automóviles, en primer lugar, con la marca SEAT, para después seguir con otras marcas de automoción, separándose del negocio, hasta ese momento unido, con sus hermanos, para continuar solo, trabajando en varias provincias, pero siempre sin olvidar Hellín.
Por último, ánimo a los jóvenes hellineros a no abandonar la ciudad, ahora con las nuevas tecnologías es posible trabajar desde su ciudad y ayudar a su desarrollo.
Como colofón a su intervención aseguró que cuando recibió la noticia, a través de las palabras del alcalde de la ciudad, Ramón García, tras quedar pensando un rato, lo único que pudo decir fue: “Ya me puedo morir”.
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