Antonio García
¿Saben ustedes qué son las <<fake news>>? ¿No? Pues ni falta que les hace, pero de algo tenemos que hablar. Es muy sencillo y muy antiguo, tan antiguo como la historia. Y además tenemos una clarísima expresión en castellano para designar el asunto: <<noticias falsas>>. Arreglado, porque eso es lo que quiere decir, aunque parece ser que si uno no usa los anglicismos, como que no es culto, no está al loro de las nuevas tendencias idiomáticas que los medios propagan sin cesar y, además, hasta puede que uno sea fascista si ignora semejantes conquistas lingüísticas. Pues bien, su objetivo es la desinformación premeditada, o sea, el engaño. Y de esto, en los medios de comunicación y las redes sociales, estamos más que sobrados. ¿Y por qué se emiten <<noticias falsas>>? Esto sí que lo sabe todo el mundo: para llevarnos al error, para desprestigiar a fulanito o menganita, o a una institución. Para despistarnos sobre algo que sí importa pero que no conviene que importe. Y desde luego, para obtener beneficios políticos. Naturalmente también existen en el ambiente satírico o de broma, pero a esos es fácil verles el plumero.
Como les digo, esto es antiquísimo. Y para que lo entienda y se lo crea quien aún no se lo cree o entiende, además de servirme para rellenar el artículo, pondremos algunos ejemplos. Tengan en cuenta que las <<fake news>> siempre son intencionadas y provistas de mala lechecica.
Ustedes saben que en los primeros tiempos, los cristianos fueron perseguidos de mala manera, particularmente en Roma. Que fue muy pronto. Y habrán leído o visto en las películas cómo, el neurótico, tiránico y extravagante Nerón Claudio César Augusto Germánico –para los allegados, Nerón, a secas- mandó pegarle fuego a Roma en Julio del año 64 d. C. –según el historiador de esa época, Plinio el Viejo-. Se cuenta –hasta por Hollywood- que, mientras la ciudad ardía, el Emperador se inspiraba con su arpa. ¿Y saben ustedes quiénes se la cargaron?: los cristianos, a quienes se culpó del desastre. Siempre hay chiquillos que lo paguen. De esa manera, se extendió la <<fake news>>, lo que derivó, para ser coherentes con la mentira, en una de las más recordadas persecuciones de la cristiandad primitiva. Parece ser que nunca se supo a ciencia cierta quién o qué provocó el incendio, pero aprovechando que el río Tíber pasa por la Ciudad Eterna, el “arpista” se ensañó de lo lindo, según dicen, para desviar las sospechas sobre él. Las arenas del circo, los leones comiéndose inocentes…, y todo eso que ya saben.
Pero no fue la única “noticia falsa”. Se acusó a los cristianos de ejecutar repugnantes prácticas. Los rumores de que cometían infanticidios, canibalismo, incesto, envenenaban fuentes… no faltaron durante mucho tiempo.
La Iglesia Católica nunca ha escapado a estos ataques malintencionados. Es más, podríamos afirmar, sin temor a equivocarnos que ha sido una de las grandes víctimas del “fakenewsbismo” en todos los tiempos. Como lo sigue siendo en la actualidad.
El implacable odio de la religión a la ciencia. Otro mito, otra falsedad expendida a partir del siglo XIX. Mito que, además, se ha colado en el imaginario colectivo: la oposición entre la ciencia y la fe. La fe impidiendo cualquier progreso. Pues me permito darles esta noticia a los ignorantes: la Iglesia ha capitaneado, durante su historia, muchos de los avances científicos que han hecho progresar a la Humanidad. En Astronomía, en Medicina, en Genética, en geología y paleontología, etc., etc. La Iglesia no solo no se ha opuesto, sino que respaldado a muchos científicos e investigadores.
Un ejemplo de este infundio que muchísimos se han tragado sin masticar es el de que Galileo fue preso, torturado y quemado en la hoguera. Pues va a ser que no, las tres afirmaciones son falsas. Como la trola de que Cristóbal Colón tuvo que refutar, ante un grupo de clérigos la creencia de éstos de que la tierra era plana. Mentira cochina, porque Colón hasta había leído una obra de Eneas Silvio Piccolomini, futuro Papa Pío II, en la que se defendía que la tierra era redonda. En 1492, “toda la gente educada de Europa Occidental sabía que el mundo era una esfera. Colón nunca tuvo que argumentar a favor de la redondez de la tierra”.
Lástima la cortedad de un artículo. Podría contar muchísimos ejemplos más de <<fake news>> creadas y expandidas intencionadamente para desprestigiar, en este caso a la Iglesia Católica y echar basura sobre ella. Pero al menos sepan que esta demoníaca jugarreta que difunde la hostilidad de la Religión contra la Ciencia fue creada en el siglo XIX por los académicos estadounidenses Andrew Dickson White (1832-1918), presidente y fundador de la Universidad de Cornell, además de senador, y John William Draper (1811-1882), profesor de Química de la Universidad de Nueva York. Creadores de un mito que se ha convertido en argumento privilegiado del ateísmo en su ataque a la religión. Sin embargo, un profesor de Historia de la Ciencias y la Medicina en la Universidad de Wisconsin-Madison, llamado Ronald L. Numbers, afirma categóricamente: <<el mito más grande en la historia de la ciencia y la religión sostiene que han estado en un estado de constante conflicto>>.
No me queda espacio para las modernas <<fake news>> que el ateismo, la izquierda y la ideología de género difunden sin pudor, desvergüenza y total ignorancia sobre la Iglesia Católica.
Pero arrieros somos, y el día que me de la vena…
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