Dicen que el emperador francés Napoleón Bonaparte aseguraba que la música era el menos molesto de todos los ruidos, una frase que muchas personas calificaron como un tanto desafortunada en un hombre que amaba la música y solía rodearse con músicos de gran talento.
Pero si el genial general corso, hubiese vuelto a nacer y por casualidad viviese en las cercanías del Anfiteatro del Parque, el pasado sábado, a partir de las nueve de la noche, no vamos a escribir que hubiese desenvainado su sable para arremeter contra los que le privaban de su descanso nocturno, lógicamente porque está fuera de uso, tampoco que se hubiese muerto otra vez, no exageremos, pero si que habría suscrito la famosa frase pero en términos mucho más rotundos.
Y es que por favor, lo del festival del Dr. Fusión ya clama al cielo, como es posible que año tras año se pueda permitir que se lleve a cabo en este recinto, que por cierto nunca se debió de construir en ese lugar y mucho más a cambio de destruir el conjunto de La Rosaleda, el jardín más bonito que ha tenido la ciudad, para sufrimiento de centenares de personas que tienen que soportar ese amasijo de decibelios que de ninguna manera se puede llamar música, como nosotros la entendemos.
Un lugar apropiado
Que quede claro, que no queremos que deje de celebrarse, y es más, si es posible que se lleve a cabo todas las semanas, pero que le busquen un lugar más apropiado, donde sus seguidores pueden disfrutar a tope sin necesidad de imponer a otras personas esos ruidos, hasta altas horas de la madrugada.
Ya sabemos que uno de los promotores de este evento (?), argumentaba, que era una vez al año, que estábamos en verano y que la gente joven también tenía derecho a disfrutar de su música, pues duro y a la cabeza.
En todo estamos de acuerdo, que la disfruten, ya lo hemos escrito, no solo una vez cada verano, sino todos los fines de semana, pero que no se la impongan a los demás, aunque sea por unas cuantas horas de la noche.
Está comprobado que este tipo de música, cuando se programa en estas condiciones y con un sonido no deseado, puede tener un impacto negativo en las personas y afectar a su salud y su bienestar, ocasionando pérdida auditiva, estrés, aumento de la presión sanguínea y ausencia de sueño, todo ello agrupado en la reducción general de la calidad de vida.
Conceptos subjetivos
También estamos de acuerdo que tanto la música como el ruido son conceptos subjetivos y habrá gente que prefiera ese sonido que salía del referido anfiteatro, a una sonata de Mozart o una sinfonía de Beethoven, o para ponerme más al día, un recital de Pablo Alborán o un concierto de Serrat y Sabina.
Ya sabemos que por desgracia en nuestro pueblo hay pocos locales para llevar a cabo este tipo de espectáculos. No tenemos ni un puto auditorio que llevarse a la boca lo suficiente alejado para que se puedan realizar este tipo de espectáculos sin molestar, pero si existe una plaza de toros, de propiedad municipal, cada vez menos utilizada para el fin primordial por el que se construyó, donde pensamos que este sonido-ruido, quedaría bastante amortiguado y el espectáculo que conlleva más aislado.
Por eso creemos que la entidad llamada “El Palio” con buen criterio, ha elegido este espacio para organizar otro concierto este mismo sábado, donde si es verdad que la cartelera parece bastante menos agresiva que la que nos ofreció el dichoso Dr. Fusión, no deja de ser música ruidosa para gente joven.
Después de leerlo siento una profunda mezcla de vergüenza ajena y asco. Ese desprecio por un género músical tan rico y complejo (sí, he dicho COMPLEJO) como lo es el metal. Esa intransigencia tan de mente de pueblo (sí, he dicho DE PUEBLO) que demuestra. Y sobre todo, ese afán de buscar polémica, de querer enfrentar a la gente por una cosa que ocurre UNA SOLA NOCHE AL AÑO.
Vivo en la Plaza Nueva, cerquita del Rabal. A veces participo en las tamboradas, a veces no (depende de las ganas del momento). Son 3 noches de tamboradas sin poder dormir adecuadamente, (sí he dicho 3 NOCHES, porque el Miércoles Santo se alarga hasta las tantas de la madrugada). Ni por asomo se me ocurriría quejarme de ello, ni quiero que se lleven los tambores al desierto para que yo pueda roncar esas 3 noches. Empatizo con la gente, hago el esfuerzo y aguanto esas 3 noches (porque son sólo 3 noches).
Entonces veo este artículo y veo como os rasgais las vestiduras y no lo puedo evitar: Me muero del asco porque mientras yo aguanto (y de buen grado) la Semana Santa vosotros no sois capaces de aguantar una miserable noche (o media noche, más bien) de un sábado, para más inri.
Lo dicho, asqueroso.
Amigo entiendo que el descanso de unos sea prioritario a la diversión de otros, también entiendo que uno no tiene porqué compartir con el prójimo gustos musicales o de cualquier otra índole pero he de recalcar que como bien dice el promotor del concierto éste se celebra durante una noche al año.
Afirmar que por escuchar el ruido residual de un concierto unas pocas horas al año uno puede llegar a padecer insomnio, hipertensión, daños auditivos y demás patologías es tan absurdo como afirmar que leyendo este diario uno puede informarse de algo relevante o verídico. Uno puede o no coincidir con los gustos del prójimo pero lo que no puede (o no debe) es insinuar que aquel con quien no se acomoda es poco menos que un ignorante descerebrado incapaz de valorar otro tipo de música. He de decirle señor que al menos el 80% de los que disfrutamos de esta música somos o hemos sido músicos aficionados, somos por tanto verdaderos AMANTES de la música, no nos conformamos con escuchar a Vivaldi con una copa de brandy en la mano, somos capaces de valorarla y COMPRENDERLA en su complejidad y somos por supuesto capaces de respetarla en su conjunto aunque no coincida con nuestros gustos personales.
Usted no es una víctima de la contaminación acústica, usted es una víctima de su propia ignorancia e intransigencia.
Lo primero, no hay que insultar ni la musica ni a la asociacion de Asherock, porque no te guste la musica no hay que insultarla, porque es musica no ruido. Es un estilo de musica, igual que el jazz, el blues y demas. Y no hay porque hacerlo en otro sitio, porque la gente que vive por el parque sabe lo que hay, igual que los del rabal con la Semana Santa, asique a aguantarse como todos, que solo es un dia. Joder tanto quejarse, coño¡