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“La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”

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“La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo”

Conchi Catalán

Esta frase de Nelson Mandela, recoge una grandísima verdad.

Me gustaría reflexionar sobre su contenido y para empezar echaremos un vistazo al informe anual  publicado por la UNESCO  en septiembre de 2019 en el que entre otras muchas cosas decía:

“Cerca de 258 millones de niños, adolescentes y jóvenes de todo el mundo no estaban escolarizados en 2018, una cifra que representa aproximadamente un sexto de la población mundial de niños en edad escolar (entre 6 y 17 años).”

En estas cifras demoledoras, las niñas todavía se llevan la peor parte. Según el anterior organismo, la conclusión es contundente:

“Tres cuartas partes de todos los pequeños de primaria, que nunca irán a la escuela, son niñas”.

El género como factor de exclusión, como vemos, sigue siendo una barrera para la escolarización en muchos países. Pero además del factor género, existen otros muchos que abren enormes diferencias y brechas muy potentes entre las personas y que de manera especial están afectando a los más vulnerables que son los niños.

 En este sentido la educación  en su tarea  transformadora  tiene un papel crucial y no solo como transmisora de conocimientos, si no como fuerza humanizadora y capaz de limar diferencias.

 La educación en una escuela inclusiva y diversa en la que todos los niños tengan la oportunidad de aprender juntos (al margen de sus características sociales, económicas, culturales o de cualquier otro tipo) es el germen para ir construyendo una sociedad más justa ya desde pequeños, eliminando conductas y actitudes que en otras épocas estigmatizaron (y aún hoy) estigmatizan a tantos niños haciéndoles esclavos de su medio social, económico, étnico, racial, religioso o familiar.

Si queremos erradicar las grandes desigualdades sociales, hemos de empezar por la educación, porque gracias a ella, se irá logrando que la persona del medio más humilde y deprimido tenga la fuerza y la razón para mirar de frente al poderoso.

Gracias a la educación el ser humano se empodera y fortalece su dignidad tantas veces pisoteada a lo largo del tiempo.

 Mandela  considera  la educación  como el motor del desarrollo que permite  a “la hija de un campesino convertirse en médico, al hijo de un minero convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas llegar a ser presidente de una gran nación”.

¿Puede haber mayor evidencia del poder que la educación tiene como transformadora de una sociedad?  …

Todos los países deberían  considerar la educación como lo que es:  “un derecho humano fundamental” ,a la vez que la herramienta primordial para crear desarrollo, bienestar, futuro…

En este sentido, creo que la educación debe ser libre, gratuita y universal y los gobiernos del mundo deberían poner mucho más empeño en este objetivo.

 Quiero resaltar una de las conclusiones de la UNESCO:

“ Si toda la población adulta terminara la educación secundaria, 420 millones de personas podrían salir de la pobreza”, algo que, según se afirma en este informe, reduciría los índices de pobreza en el mundo  en más de un 50%  y en casi dos tercios en el África subsahariana y el Asia meridional”.

 Así pues,  una educación apropiada y de calidad traerá consigo la oportunidad de acceder a mejores trabajos y  mejores salarios  y hará a las personas menos vulnerables ante problemas de índole social o económico.

Sin embargo, todas estas razones tan potentes, parece que todavía no hacen reaccionar al mundo cuando estamos viendo, por ejemplo, que en muchos países se invierte el triple en defensa que en educación.

Organizaciones como la UNESCO, UNICEF…etc. están haciendo grandes esfuerzos en este sentido y de hecho su gran objetivo es conseguir que “todos los niños y niñas del mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria”

En los últimos veinte años, se han conseguido mejoras, sin lugar a dudas, pero es innegable que este objetivo, está todavía muy lejos de conseguirse.

Es por tanto evidente que “Invertir en educación es la mejor garantía de progreso para un país”, pero la realidad nos demuestra que no se le está dando la prioridad que merece.

Solo un pequeño apunte para la reflexión:

Si nos centramos en Europa y más concretamente en España, los países europeos invierten de media  aproximadamente un 5% del PIB en educación. España, sin embargo, destina el 3,97% por detrás de países como Portugal, Grecia, Francia, Alemania, Polonia  y muy alejada de otros como Finlandia, Noruega, Islandia, Israel o Letonia ( El Economista).

Si de verdad queremos un cambio real hacia un planeta mejor, hemos de impulsar y hacer posible que el “arma de la educación” se despliegue desde la médula de cada rincón del mundo. Tenemos que conseguir que la igualdad de oportunidades sea una realidad, que todos los gobiernos  apuesten por una educación universal, gratuita  y de calidad a la que TODOS los niños y niñas tengan acceso sin que existan barreras de exclusión. Una educación excelente para todos, que no excluya a ningún niño por el barrio, el país o la zona donde viva o por el nivel económico de su familia.

Una escuela inclusiva, con unos docentes altamente preparados, con abundantes recursos (humanos y materiales) ,con un sistema educativo de calidad, estable y blindado a los vaivenes políticos, ello nos dará como resultado jóvenes mejor preparados, hombres y mujeres capaces de emprender, trabajar ,gestionar , entenderse y avanzar hacia una sociedad más humanizada, mucho más libre, mucho más justa y mucho más feliz.

SIN EDUCACIÓN, NO HAY PROGRESO.

 

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