Con la participación aproximada de 100 escolares de los barrios Rivera y Calvario
En las instalaciones del CP Martínez Parras se iniciaban las actividades del Taller “Lápices de colores” que retorna en este verano con la organización de la concejalía de Bienestar Social y Cáritas Inteparroquial.
Así Emilio J. Pinar, en nombre del Consistorio, explicaba que se llevaba a cabo por segundo año consecutivo para cumplir con el objetivo programado de integrar a los escolares de los barrio de Ribera y Calvario, para hacer una apuesta de intervención en estas zonas de la ciudad, que buscan incidir en las actuaciones de todo el año con niños entre los 3 años hasta los 14, desde el 3 de julio al 14 de agosto, de 11,00 h. a 13,00.
El concejal también señaló que era fundamental para poder cambiar las estructuras y las maneras en que se viven en estos barrios, trabajando con la infancia, enseñarles nuevos modelos de actuación, rebajar el tema de habilidades sociales o sea darles herramientas para los problemas que les puedan pasar para poder resolverlos.
Estos talleres, indicó Pinar se iban a complementar con el comedor de verano, “traerlos a un espacio común para convivir los niños de los diferentes puntos de la ciudad”.
Por último el concejal quiso agradecer la colaboración de Cáritas, al asegurar que sin ellos sería inviable poder avanzar, para poder mantener a los aproximadamente 100 niños que iban a participar.
Una aldea global
Por su parte Ricardo Magro, como consiliario de Cáritas, quiso hacer referencia a la similitud con el proyecto nacional que Cáritas está trabajando a nivel nacional este año, que es entender el mundo como “una aldea global”,” por eso apoyamos para tener esa iniciativa, trabajar con niños con culturas y religiones de una manera distinta de sentir y de pensar con un mismo objetivo: la educación, el apoyo, la enseñanza , la integración y también ayudar a los que no han tenido la suerte de nacer en una estructura social y económica mejor”.
Por último el párroco quiso felicitar al Ayuntamiento y a Cáritas por esta buena acción y que los resultados se pudieran ver dentro de unos años, sintiendo en Hellín, donde puedan vivir todas las culturas sin ningún tipo de problemas, con todos los ciudadanos con los mismos derechos y deberes.
Ya finalmente y a preguntas de los informadores Emilio Pinar, explicaba el programa de este taller, por ello denominado “lápices de colores” porque se iba a trabajar la interculturalidad, ya que en Hellín se están viviendo en diferentes culturas y era más las cosas que nos unían que nos separaban “cada semana se dedica a una cultura diferente, se va a trabajar la cultura asiática, latinoamericana, la marroquí, la hellinera , evidentemente, la gitana, viendo aquellos elementos que unen: tradiciones, costumbres, cuentos, juegos, gastronomía, un poco de todo, para que todos los niños aprendan lo que la interculturalidad, para reforzar nuestra identidad como ciudadanos”.
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