Antonio García
No hay peor tragedia que caer en la desesperanza. A pesar de todo lo que está ocurriendo en nuestro país, a pesar del pánico social por la plandemia, la desastrosa quiebra económica, la ruina de miles de pequeñas empresas y autónomos, el flagrante aumento del paro, la bochornosa manipulación del pueblo, los distanciamientos, confinamientos y mascarillamientos, los suicidios (de los que nadie habla), el terror e inseguridad sembrado en los niños, el genocidio geriátrico y el que no es geriátrico, en fin, a pesar de esta tenebrosa apariencia de oscuridad, una luz brilla tenue pero firme en el horizonte. Tras la tormenta vendrá la calma y, no les quepa duda que caminamos hacia un mundo ideal, un mundo feliz cuya alegoría es “la nueva normalidad”.
¿Y en base a qué este optimismo?, se preguntarán ustedes. Pues está muy claro: porque soy consciente de que el Gobierno de España, en las peores condiciones imaginables pero inasequible al desaliento, está trabajando duro, quitándose la piel para conseguir abrirnos un camino a la esperanza y sacarnos, victoriosos, de este aparente pero sombrío marasmo.
¿Y cómo?, se seguirán interrogando. Pues preparando, con invencible tesonería y prudente silencio una serie de decretos y leyes que, una vez pase “esto”, serán la pista de lanzamiento de medidas revolucionarias en todos los campos de la actividad patria. Y por supuesto, medidas todas ellas impregnadas de libertad, igualdad y fraternidad.
Enumeremos algunas, las más importantes, claro está, por el reducido espacio de un artículo de opinión.
Ministerio de Igualdad. La súper ministra Irene Montero ha dicho: “Este ministerio sirve para que todos los españoles, y particularmente todas las mujeres sepan que los que piensan como ustedes, que dicen que la violencia no tiene género, están simplemente fuera de la ley”. Es decir, que tras mucho reflexionar ha llegado a la conclusión de que el acto de “pensar”, y según lo que se piense –y mucho más decirlo-, es motivo de delito. Aclaración que agradezco, pues me jodería sobremanera que leyesen mi pensamiento y me endiñasen una buena multa o, quién sabe si un confinamiento carcelario. Y es que es verdad, la gente se cree que puede pensar lo que quiera, ¡que puede tener ideas machistas sin responsabilidades legales! Así no llegaremos a ningún sitio.
Así mismo parece ser que mirar a una mujer con “deseo” puede ser motivo de delito. El problema será cómo detectar si la mirada es lujuriosa, admirativa o de simple curiosidad, pero seguro que el Gobierno lo resuelve.
Presidencia del Gobierno. El martes, día 15 del corriente, el Consejo de Ministros ha aprobado el Anteproyecto de Ley de Memoria Histórica y Democrática. Sobre esto no voy a comentar mucho, pues ya conocen mi tendencia a asesorar a la ministra Carmen Calvo recordándole episodios de la Guerra Civil –que es lo único que les interesa-. En esta iniciativa legislativa las cosas están muy claras: se trata de ganar, ochenta años después, una guerra que perdió la izquierda en su momento. Como evidentemente ya no la puede ganar en los campos de batalla, la quiere ganar en las mentes. Desinformando, adoctrinando, mintiendo, “reinterpretando”, y coartando la libertad de información, cátedra y pensamiento. Aplicando además el poder coercitivo del Estado. Es decir, con la represión policial y la violencia multativa. Pues las multas por disentir y expresar opiniones contrarias pueden llegar hasta los 150.000 euros. <<El objeto de esta Ley es el reconocimiento de los que padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, de conciencia o creencia religiosa (¿…?), de orientación e identidad sexual (¿…?), durante el período comprendido entre el golpe de Estado (¿…?) de 1936, la Guerra Civil y la Dictadura franquista hasta la promulgación de la Constitución Española de 1978. Se trata de promover su reparación moral (¿…?) y recuperar su memoria e incluye el repudio y condena del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y la posterior dictadura>>. ¡Pero serán descarados! Todo mentira, pues olvidando el Terror Rojo, que fue único en su especie, solo buscan criminalizar a la “media España” del bando nacional. De una guerra fratricida que ellos provocaron.
El <<pensamiento único>> impuesto tiene una ventaja, y es que, si uno lo adopta, ya no tiene que molestarse más. Es comodísimo.
Y así, a estas alturas, pretenden anular los juicios del franquismo, ilegalizar la Fundación Francisco Franco, impartir una nueva asignatura ideológica, crear una Fiscalía específica para “reparar a las víctimas” -¿qué víctimas?-, expulsar a los monjes benedictinos del Valle de los Caídos, desacralizar la basílica y cargarse la cruz más alta del mundo. Y perseguir sañudamente a todo opositor, en nombre de la libertad, igualdad y fraternidad social-comunista-masónica. Incluso silenciando a los historiadores no adeptos al régimen.
Congreso de los Diputados. Ley de Eutanasia, llamada eufemísticamente “de muerte digna” (como si supieran lo que es la dignidad humana). El Gobierno quiere acelerar su proyecto de ley de eutanasia. De hecho, este jueves día 10 el Congreso ha votado seguir adelante con la ley tras rechazar las enmiendas a la totalidad presentadas por PP y Vox. Es decir, elaborar leyes de muerte en vez de volcar todos los esfuerzo en el amor a los que sufren y los cuidados paliativos. Como dice Jacinto Bátiz, uno de los mayores expertos en cuidados paliativos en España: <<nuestros políticos desaprovechan una oportunidad para demostrar su sensibilidad humana ante el dolor de los ciudadanos. En medio de tantas muertes y batallas para luchar contra la muerte, debaten una ley para que los médicos ayudemos a adelantarla>>. Ya han “eutanasiado” lo suyo durante la plandemia, pero ahora será por Ley.
Como verán queridos lectores, estos son los grandes temas que más le interesan al pueblo. Nuestros políticos gobernantes se esfuerzan a calzón quitao para recuperar el puesto que España se merece en el concierto internacional. No han hablado todavía de recuperación económica, solución a los Ertes, paro galopante, Cataluña, inmigración masiva ilegal, creación de puestos de trabajo, etc., etc. Pero eso son temas menores que ya tendrán su espacio cuando haya tiempo. ¡Ah! Y ya han dicho que de eliminar el aberrante impuesto de sucesiones, nanay de los jureles.
De manera que queda descrito el programa de la izquierda y su gran preocupación por hacer de España un mundo feliz.
Me moriría de vergüenza si los hubiese votado.
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