Y asà lo hizo
Nació sigilosamente, acomodándose cada semana en cada comercio, bar…, formaba parte de los hogares hellineros.
Incluso muchos de ellos, recorrÃan los buzones de correos para llegar a otras ciudades hasta los hellineros ausentes.
El Faro escondÃa entre sus páginas alegrÃas, tristezas, noticias que deseábamos encontrar y otras que no esperábamos.
Diez años es casi un milagro subsistir en los tiempos que corren.
Quinientos números implican la confianza de los ciudadanos.
La apuesta por la prensa de papel que nos trae ese viejo olor a tinta, a tiempo, a trabajo y horas incansables.
A noticias que no caducan, que se mantendrán perennes.
Que conservará el rostro inalterable de sus protagonistas.
Un Faro que ha permanecido y permanecerá sobre una mesita, mientras celebramos el comienzo de nuevos años, gobiernos, la llegada de las estaciones, de nuevos trenes…
Un Faro que cada dÃa encuentra nuevos rincones a los que llegar y los hellineros lo preservan porque nos alumbra el horizonte y nos hace ver los detalles de una vida que pasa sin más…
Celebro este aniversario y me emociona comprobar que todavÃa, hay gente como Mariano, su hijo, el equipo de colaboradores y los fieles lectores que insisten en mantener vivas las letras de la información y la veracidad.
Que siga flotando esta frase, cada mañana de los sábados en las librerÃas: Por favor, me da el Faro.
Que los carteros sigan entregándolo en cada casa fuera de Hellin en las que viven los hellineros.
Que apuesten por estampar su publicidad los establecimientos.
Que los hogares hellineros lo inviten a entrar y con él, la luz de la información que nos deje ver el crecimiento de nuestra ciudad…
Érase una vez un semanario que impregnó de luz a su pueblo.
Todo ese tiempo vivió gracias a la familia Andújar que tuvo fé para seguir apesar de las dificultades y los nuevos tiempos. Que dure muchos años más. Hellin merece ese diario.
Felicitaciones