El Faro de Hellín

Fructuoso Díaz

Las opiniones a favor de los deberes son más numerosas entre los profesores y menos entre los padres. La cuestión se plantea con más fuerza en los niveles de Primaria. En Secundaria es igualmente discutible pero por razones distintas.

Un número nada desdeñable de profesores entiende que los deberes favorecen el esfuerzo, responsabilidad y disciplina de los alumnos, mientras muchos padres cuestionan que sus hijos, tras la jornada escolar, deban seguir realizando tareas en casa. Al hacerse fuera del ámbito escolar, se materializan sin observación directa del profesor, suponen carga añadida a la actividad del aula, dificulta que el alumno dedique un tiempo precioso a su cuerpo y a su mente para jugar, comunicarse con amigos, disfrutar de la Naturaleza, convivir fuera del ambiente del colegio donde ha permanecido un tiempo apreciable de la jornada.

Realizar o no los deberes, hacerlos de una u otra manera no depende siempre de la voluntad, decisión y responsabilidad del alumno como de la propia capacidad o dificultades para el aprendizaje. En este caso, todavía se hace más necesaria la intervención directa y personal del profesor para ayudar a los alumnos que más dificultades presentan.

No puede establecerse una relación directa, cuando no excluyente, entre los deberes escolares y la formación de la responsabilidad, esfuerzo y disciplina, porque estos son aspectos de la personalidad que deben madurar a lo largo de los años, pues no solo educa la Escuela.

Educar en valores no es algo diferente a trabajar la comunicación interpersonal y de relación con el mundo, apoyar más a quien más lo necesita, ayudar a superar dificultades en común, trabajar la autoestima del alumno, reforzar sus comportamientos positivos. Educar en y para la equidad no es tratar a todos de manera igualitaria sino ayudar más a quien más dificultades tiene.

En general, el profesor tiende a imponer tareas iguales a quienes por naturaleza son diferentes. Cada alumno es diferente a otros. Lo es en responsabilidad, madurez, comportamientos, capacidad y, sobre todo, en las dificultades que presenta, en la mayoría de los casos sobrevenidas por razón de su pertenencia a grupos sociales menos favorecidos.

En los datos publicados recientemente por el Informe PISA, España aparece en el pelotón de cabeza en tiempo dedicado a deberes. En una relación de 38 países de la OCDE, donde menos tiempo dedican los alumnos en casa a realizar deberes es Finlandia, menos de 3 horas semanales, precisamente uno de los países que mejores resultados obtiene en calidad educativa. Después hay una lista de 32 y, a continuación, España en el puesto 34. Dedican más tiempo que nosotros Polonia, Irlanda, Italia y cierra la lista Rusia, que es donde más horas hacen deberes sus alumnos. La media de países de la OCDE para hacer deberes es de 4,8 horas semanales; en España de 6,5 horas, en Finlandia menos de tres.

Una sencilla conclusión, sobre el análisis de estos datos, evidencia que no hay más calidad de enseñanza con más tiempo dedicado a deberes. Ello no significa que, en justificados y puntuales casos, siempre con conocimiento y participación de los padres, el profesor fije determinadas tareas para que ciertos alumnos las realicen en casa, pero es discutible que se haga con carácter general y, más todavía, que se imponga la misma tarea a todos los alumnos de la clase como sistema, que es lo que se hace con frecuencia.

Deberes como hábito diario, muy discutible. Encargar tareas puntuales con carácter no habitual para realizar a medio plazo, una o varias semanas, puede ser un sistema más aconsejable para trabajar hábitos, responsabilidad, autoestima y autonomía del alumno. La intervención de la familia en comunicación permanente con el profesor, imprescindible.

Tanto la CEAPA, que agrupa más de 12 000 asociaciones de centros públicos de toda España, como la CONCAPA, de centros concertados y católicos, plantean, aunque con diferente énfasis y por razones diversas, la necesidad de abrir un debate en torno al controvertido asunto de los deberes escolares.