Por Antonio García
Se decía que a Bill Clinton le fastidió la presidencia una becaria. Fíjense, una muchachita de veintidós añicos que ni cobraba, fue la causante de que “el hombre más poderoso del mundo” apareciese una y otra vez en las portadas de los medios más faranduleros, alcahutistas y marujeros del planeta. Y en los otros, claro. Y que además el escándalo fuese la causa que lo levantó del sillón de la Casa Blanca. La recuerdan, ¿verdad?: la Monica Lewinsky, la zagalica aquella que ensalivaba la estilográfica del Presidente. La del “escándalo Lewuiski”, también llamado “Monicagate”… Ya han caído, ¿verdad?
Lo cierto es que aquellas cochinadas que hacían estaban feas. Y un país tan civilizado –de donde sale la mayor cantidad de pornografía y vicio del orbe-, con una ciudadanía tan puritana, esas cosas no las podían consentir. Y tuvo sus consecuencias políticas. Porque, que lo hiciese un hispano o un negro cualquiera, pues ya se sabe… ¿Pero un Presidente? ¿Y en la sala oval? ¡Vamos, hombre, vamos!
Pero voy a pegar un regate, porque los informes nos traen noticia de un escándalo muchísimo más grave y serio, que indigna a todo el civilizado mundo occidental, y que se está dando en los países islámicos, en los que las defensoras de los derechos femeninos no quieren ni pensar. Como si no existieran. Por puro acojono.
La noticia viene de un país islamista, Yemen, que todo el mundo sabe donde está: <<Muere una niña de tan solo ochos años después de casarse, porque su marido abusa de ella en la noche de bodas>>. Muerte causada por un desgarramiento de genitales y útero. Rawan, que es nombre de la niña, fue obligada a casarse con un hombre cuarenta años mayor que ella. Trágico, espeluznante… para nuestra mentalidad. Noticia funesta que ha causado revuelo en todo el mundo. Una violación en toda regla. Pero hay que estar muy mal informado o ser imbécil para no saber que esta práctica, la de casarse con criaturas que no han llegado a la pubertad, a estos seguidores de Mahoma les encanta. Es de uso corriente, y es legal o por lo menos, donde explícitamente no lo sea, consentida. Y claro, dado el paso, ¿qué cojones nos pensamos aquí que va a hacer un marido en la noche de bodas, y las que le siguen? ¿Para qué creemos que elijen criaturicas para casarse?
Esto, en nuestro mundo tiene un nombre: pedofilia, o más correctamente, paidofilia. O sea, atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes. Y que, naturalmente, suele salir del ámbito de la mente para expansionarse en la práctica. Con el consiguiente resultado que todos ustedes se imaginan. Algo que nos escandaliza hasta el tuétanos y que consideramos, porque lo es, denigrante, reprobable y aberrante. Y claro está, es delito y está castigado por nuestras leyes… hasta ahora. Sí, sí, digo bien, hasta ahora.
Y digo esto porque, yo no se cómo va a acabar la cosa en el llamado “primer mundo”, pero sí se cómo ha empezado. De hecho, desde hace años se están dando pasos en todos los países de nuestra órbita que solo nos pueden conducir, irremediablemente, a la más abyecta decadencia ética y moral. ¿Catastrofista yo? No, amigos, realista. Porque las pruebas las tenemos ya por doquier en esta ruinosa Europa nuestra. Creo haberles explicado alguna vez el rumbo que están tomando los planes educativos, respecto a la sexualidad, incluyendo las cuestiones de género, la homosexualidad libre como algo que hay que conocer, la enseñanza de prácticas masturbatorias desde bien temprana edad, las relaciones “intergeneracionales”…, etc. Que desde luego aún no han tomado carta de naturalidad, pero que incluso están recomendadas a todos los gobiernos que forman parte de la Unión Europea. Y poco a poco se impondrán, no lo duden. Que para eso es el Estado el “amo” de la educación de nuestros niños.
¿Saben ustedes que EE.UU. existen asociaciones de pedófilos? Pues les digo más: la Asociación Americana de Psiquiatría de Estados Unidos aceptó, dentro de su Manual de Diagnóstico y Estadísticas de Desórdenes Mentales, la “orientación sexual pedófila”, diferenciándola del “desorden sexual”. O sea, que ya no es un desorden, sino una orientación sexual más, como otras de las que ya hemos hablado en estos
artículos. Y naturalmente, los afectados lucharán y presionarán por “sus derechos”. Sin ir más lejos, una organización pedófila creada en 2003 y llamada B4U-ACT (que vaya usted a saber lo que quiere decir), reciben la noticia del sanedrín psiquiátrico norteamericano con alborozo, <<principalmente como una forma para que “personas atraídas por menores” sean abiertas sobre sus preferencias sexuales en una atmósfera de apoyo>>. O sea, que además hay que apoyarlos y desestigmatizarlos.
En fin, que yo no se si me darán crédito cuando digo que <<cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar>>. Porque sería rarísimo que todo esto no cruzara el océano. Aunque Europa ya sabe andar solica y tiene algunos países que han aprendido por su cuenta a ser los pioneros en aberraciones antinatura de todo tipo. Naturalmente contagiosas, pues son promovidas por aquellos que mandan allí y aquí.
Y España no necesita cominos pa regoldar.
Como usuaria habitual del DSM-5, y versiones anterores como el DSM-IV y el DSM-III te puero asegurar que la pedofilia sigue clasificada como Desorden parafílico. La alarma de que la APA reconociene la pedofilia como orientación sexual, proviene de una declaración de la Asociación Americana de la Familia, como declara la APA en su pagina web, pero como dicha web publica su contenido en inglés, yo le traduzco el comunicado:
“La Asociación Americana de Psicología afirma que la pedofilia es un trastorno mental; que el sexo entre adultos y niños es siempre malo; y que la actuar acorde a impulsos pedófilos es y debe ser un acto criminal. La Asociación Americana de Psicología ha trabajado durante muchos años para prevenir el abuso sexual infantil y continuará haciéndolo”.
http://www.apa.org/news/press/releases/2013/10/pedophilia-mental.aspx
Como usuaria habitual de los manuales diagnósticos de la APA, le puedo asegurar que ni en el DSM-5 ni en versiones anteriores se reconoce la pedofilia como orientación sexual, sino que se incluye en el apartado de Desordenes Parafílicos.
La confusión acerca del reconocimiento por parte de la APA de la pedofilia como orientación sexual, esta explicada en su publicación del 31 de octubre de 2013 en su pagina web, en ella explican que se debe a una declaración erronea por parte de la Asociacion Americana de la Familia. Pero la APA reconoce la pedofilia como un delito y llevan años luchando contra ella.
Señor autor, no tome articulos sensacionalistas como fuente, o al menos cambie la imagen y disimulelo un poco.
En cuanto a la educación sexual en la adolescencia, es precisamente la manera de prevenir trastornos sexuales en la adultez. Si los gobiernos deciden incluirla en la educación pública, es porque, tras años de estudios clínicos, se ha demostrado que es beneficiosa para el desarrollo psicosexual.