El aceite de oliva es mucho más que un alimento básico en la dieta mediterránea. En Hellín, su producción constituye un auténtico motor económico que sostiene a decenas de familias, genera empleo temporal durante la campaña y mantiene viva la actividad agrícola en las pedanías y zonas rurales del municipio. El olivar hellinero, presente en Isso, Agramón y en buena parte del entorno natural del término municipal, forma parte del paisaje y de la identidad cultural de la comarca.
Una campaña marcada por la estabilidad y la calidad excepcional
Durante su reciente visita a la comarca, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Julián Martínez Lizán, trasladó que la previsión de campaña en la región será similar a la del año pasado, aunque con algunos matices relevantes:
“Tal vez haya algo menos de kilos, pero está ocurriendo lo mismo que en la uva: el rendimiento graso está siendo mayor, y eso compensa parte de la reducción de cosecha”.
El consejero destacó además que las primeras muestras de aceite obtenidas en distintas provincias —incluida Albacete— confirman una calidad excepcional, especialmente en aceites tempranos y varietales seleccionados.
Martínez Lizán subrayó un factor clave para el mercado: la ausencia de enlace entre campañas, ya que la pasada se comercializó en su totalidad:
“No hay existencias de enlace, todo ha salido y todo se está vendiendo a buen ritmo. Esto nos hace prever que los precios se mantengan e incluso puedan incrementarse”.
Esta tendencia, explicó, permitirá reforzar la rentabilidad del olivar:
“Esperemos que esta dinámica continúe cuando el aceite de la nueva campaña esté disponible, para que esa rentabilidad permita a nuestros oleicultores mantener el dinamismo de sus explotaciones”.
Almazaras y empresas aceiteras de Hellín
El municipio cuenta con varias almazaras y empresas de referencia que transforman la aceituna local en aceite de oliva virgen y virgen extra. Entre ellas destacan:
- Almazara Juan Marín (Hellín)
- Aceites R. Lencina S.L. (Hellín)
- Acecasa (Hellín)
- Aceites Benizar (Hellín)
- Almazara San Joaquín (Agramón)
Estas instalaciones representan una pieza fundamental en la economía rural: dan trabajo a cuadrillas de recolección, conductores, técnicos de báscula, operarios de limpieza y molturación y personal de mantenimiento. Durante la campaña, sus puertas permanecen abiertas desde primera hora para recibir miles de kilos de aceituna procedentes de explotaciones familiares y pequeñas fincas.
La época de recogida: un pulso que marca el invierno
La campaña de recogida en Hellín suele arrancar entre finales de noviembre y principios de diciembre, dependiendo del grado de maduración del fruto y del tipo de aceite que se quiere elaborar. Si se busca un aceite verde temprano, los agricultores adelantan la recolección; si se opta por un aceite más suave y dulce, se espera a que la oliva alcance mayor madurez.
La campaña se extiende normalmente hasta finales de enero, aunque factores como la sequía, las olas de calor o la vecería pueden modificar su duración.
Formas de recogida: de la tradición a la mecanización
En los olivares hellineros conviven aún métodos tradicionales con sistemas modernos que permiten optimizar tiempos y costes:
- Vareo manual
- Vibradores mecánicos con paraguas
- Peines eléctricos
- Recogida del suelo (descartada para aceite virgen extra)
Variedades locales: la identidad del olivar hellinero
Las principales variedades cultivadas en Hellín son:
- Picual, dominante en la zona y apreciada por su estabilidad.
- Cornicabra, tradicional y resistente a la sequía.
- Arbequina, introducida en plantaciones intensivas.
- Variedades locales de secano, en olivares familiares.
El clima seco y los suelos calizos favorecen aceites con alto contenido en polifenoles, intensos y de gran persistencia en boca.
Del olivo a la almazara: el proceso de elaboración
- Recepción y limpieza del fruto
- Molienda inmediata
- Batido controlado (máx. 27 °C para AOVE)
- Centrifugación y separación
- Decantación y almacenado
- Envasado y comercialización
Un sector esencial para el medio rural
El olivar aporta estabilidad económica a cientos de familias y mantiene la actividad en zonas donde la agricultura sigue siendo la base del tejido productivo. Además, está abriendo nuevas oportunidades ligadas al oleoturismo, la comercialización de AOVE premium y la recuperación de olivares tradicionales.
En este contexto, el consejero Julián Martínez insistió en que Castilla-La Mancha debe seguir apostando por la calidad y por el valor añadido, destacando que el aceite de oliva es “un sector estratégico para fijar población y generar riqueza en el medio rural”.
De cara a los próximos años, Hellín afronta el reto de dar mayor visibilidad al aceite local, cuya calidad —reconocida dentro y fuera de la comarca— sigue siendo una de las joyas agrícolas del municipio.















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