C. A. G.
Con la reapertura de la piscina climatizada de Hellín, tras más de mes y medio cerrada al público, muchos usuarios hemos podido volver a disfrutar de sus instalaciones y de las pequeñas mejoras realizadas durante el verano. Aunque aún queda mucho por hacer, toda mejora es bienvenida.
Sin embargo, lo que no mejora es el mayor problema que arrastra esta instalación: la alergia que provoca su uso. Da igual si eres principiante o llevas años nadando; lo que antes no ocurría, ahora sí pasa. Puedes probar otras piscinas municipales, al aire libre o climatizadas, en distintas localidades, y comprobarás que esta reacción solo aparece en la de Hellín.
Somos muchas las personas afectadas por esta alergia, que nos obliga a planificar cuidadosamente cuándo ir a nadar, pensando en cómo pasar después el día de la mejor manera posible. Algunos evitamos ciertas horas para poder conciliar el sueño, mientras otros incluso han tenido que acudir a urgencias por necesitar inhaladores.
Los síntomas más comunes son estornudos, mucosidad, tos y sensación de falta de aire, que pueden aparecer al poco tiempo de estar en el agua o tras finalizar el entrenamiento.
¿Está el origen del problema en el tratamiento del agua? ¿En el tipo de productos químicos que se utilizan? Si antes no ocurría, ¿por qué ahora sí?
Si bien siempre se ha dicho que el deporte es salud, quizá nuestra piscina climatizada sea la excepción.