El Faro de Hellín

Matar al testigo: la aniquilación del pueblo palestino en Gaza y Palestina

Javier Olmo López

Según los datos de Reporteros Sin Fronteras, al menos 210 periodistas han sido asesinados en Gaza bajo las bombas del ejército israelí. 210 voces calladas, testigos directos de un genocidio sin fin.

Atacar la libertad de prensa, ocultar los crímenes (una media de 90 al día), ejercer la violencia contra los periodistas que pretenden denunciar la destrucción de un pueblo y de una cultura centenaria, y un objetivo final: la expulsión de la población palestina de sus tierras.

Periodistas asesinados en Gaza

Lo que el gobierno de Israel justifica como “trágicos accidentes” o “daños colaterales” detrás de cada muerte de un periodista, busca acallar la información y hacer desaparecer las imágenes y el relato de la destrucción y muerte de miles de civiles palestinos y de unos 20.000 niños.

No tiene más valor la muerte de un niño israelí asesinado que la de un niño palestino. ¡Son niños!, muertos por miles tras los sucesivos ataques y bombardeos.

A los periodistas internacionales se les niega la entrada a Gaza, y solo gracias a los móviles podemos observar algunas imágenes en las redes sociales y medios de comunicación.

El 95 % de todas las escuelas de la Franja han sido destruidas o sufrido daños, según los datos de UNICEF. Se calcula que unos 16.000 estudiantes han muerto desde el inicio de la guerra y más de 700 miembros del personal educativo. Más de 650.000 alumnos han dejado de recibir educación, estudiantes que quedarán traumatizados toda su vida.

El 94 % de los hospitales y centros de salud destruidos, junto a mezquitas y centros de culto, almacenes con los restos arqueológicos, universidades, carreteras, infraestructuras básicas (depuradoras, alcantarillado, red de distribución de agua, etc.), campos de cultivo, industrias.

Las poblaciones destruidas por más de 90.000 toneladas de explosivos, según datos de Médicos Sin Fronteras, dejan más de 60.000 viviendas destruidas y 276.000 seriamente dañadas.

66.000 muertos, una media de 90 diarios, un genocidio que se intenta callar.

El gobierno de Netanyahu quiere aniquilar un pueblo, precarizar sus condiciones de vida y deshumanizarlo hasta llevarlo a la expulsión.

¡Y no habrá periodistas para contar esta realidad!, sus voces han sido calladas.