El Faro de Hellín

Lotería

Por Sol Sánchez

Abrí los ojos, en la mañana del 22 de Diciembre, con el sonido de las voces de los niños de San Ildefonso. Para mi, es el momento en el que queda inaugurada mi Navidad. Aquellos años de la niñez y adolescencia, en los que abría la puerta de la imprenta y me encontraba la entrañable imagen de mi padre, con sus papeles y las manos llenas de tinta, mientras que de fondo sonaba en la radio el canto de la lotería .

Nunca he tenido costumbre de comprar décimos, pero por aquello de la tradición; siempre he compartido alguno con amigos o familiares. Este año, en el que una vez mas, nada de dinero me ha tocado, me he sentido muy emocionada con las historias que tras finalizar los premios, aparecen en telediarios y programas como las setas emergen en los bosques de otoño.

Personas que ese mismo día , se habían levantado a las cinco de la mañana, con la compañía de la escarcha y el frío a partirse la espalda cogiendo olivas , en los campos y una llamada les informaba que habían sido premiados con la suerte. Inmigrantes, gente sencilla y buena, intentando formar parte de nuestro pais, realizando los trabajos mas duros, lloraban emocionados ante la inesperada noticia. Familias muy humildes , que no sabían cómo poder dejar un regalo de Reyes a sus hijos. Una chica dijo ahogándose en lágrimas: ” Ayer casi no teníamos para comer y somos afortunados de la lotería”. Sentí , que no hay mejor premio, que saber, que ese dinero ha ido a parar a hogares necesitados. Que como bien dijo otra señora : ” Dentro de cuatro días nos deshauciaban de nuestra casa y ahora todo ha cambiado”. ¡Esto es el verdadero sentido de la Navidad!

Veintidós de Diciembre, no solamente, se descorchará champagne en las mesas de los poderosos, también brindarán los que ayer eran necesitados de la solidaridad. Bajo el cielo gris de mi pueblo, Hellin, siento que las ilusiones se hacen realidad y que en ocasiones los sueños se cumplen. Que la lotería , también es acunar un sentimiento de alegría por la felicidad ajena y que esa lotería se tiene o no se tiene en el alma .No se puede comprar. Que este día, hay quien no solamente espera que su cuenta se infle.También existen aquellos que son felices viendo a la gente conseguir un empujón para que la vida sea menos dura.

La Navidad se cuela en las callejuelas de nuestro querido pueblo. El árbol luce en la Plaza de la Iglesia, allí donde las golondrinas danzan en los atardeceres, mientras un olorcillo a lumbre me llega.

Sobre los tejados , las nubes me dejan ver la luna llena, la misma que no nos había acompañado en Nochebuena desde el año 1976 y no lo hará hasta el 2034.Quizá por eso, este año, estoy recibiendo abrazos y reencuentros con entrañables paisanos y amigos.

Ha llegado de una forma especial, mi ansiada Navidad.

Sed felices amigos, el hecho de estar aquí es otra de las mayores loterías de la vida.

Feliz año a todos los que estáis iluminados por la Luz de El Faro de Hellin.
¡¡Nuestro Faro!!