El Faro de Hellín

El vino impulsa el 5% del PIB regional y Hellín se consolida como destino enoturístico con la Ruta de Jumilla

El vino no solo es tradición, también es motor económico y turístico para nuestra tierra. Así se puso de manifiesto en el stand del Gobierno de Castilla-La Mancha, donde se recordó que este sector supone ya el 5% del PIB regional, con más de 2.000 millones de euros de facturación anual y un peso determinante en la provincia de Albacete.

El delegado provincial, Pedro Antonio Ruiz Santos, destacó que Albacete representa el 8,8% de la producción vitivinícola nacional, con 85.000 hectáreas de viñedo que convierten a la provincia en una de las cuatro grandes potencias del país.

Hellín, protagonista en la Ruta del Vino de Jumilla

Entre las cuatro Rutas del Vino que existen en la provincia, la de Jumilla tiene un papel especial para Hellín y su comarca, ya que casi el 70% de la superficie de viñedo de esta Denominación de Origen se encuentra en territorio albaceteño.

Su gerente, Pepe Gómez, recordó que en 2024 esta ruta recibió 54.000 visitantes –más del doble de la población de Hellín–, lo que confirma su capacidad para atraer turismo y generar oportunidades económicas en los municipios de la D.O. Además de la variedad Monastrell como uva estrella, esta ruta ofrece un viaje de los cinco sentidos en el que se suman patrimonio cultural, gastronomía y naturaleza.

Un sector con futuro

El delegado provincial de Agricultura, Ramón Sáez, subrayó que la garnacha tintorera sigue siendo la variedad más presente en Albacete y que el futuro del sector pasa por la modernización, la recuperación de variedades autóctonas y el impulso al enoturismo.

En este sentido, el Gobierno regional respalda estas rutas con 12.000 euros anuales de apoyo a cada una de ellas, además de iniciativas como la presencia en ferias internacionales, viajes de prensa especializados y campañas publicitarias.

Otras rutas con sello albaceteño

Brindis final con sabor local

La jornada concluyó con una cata de vinos tras un show cooking a cargo del restaurante Cuerda de Albacete, que elaboró una caldereta con reducción de vino blanco, ejemplo perfecto de cómo la cultura vitivinícola se integra en la gastronomía de la provincia.