El alcalde de la ciudad, Manuel Serena, fue contundente cuando se refirió a la planta de biogás que, desde hace algún tiempo, se comenta entre los hellineros sobre la posibilidad de que se instale en el término municipal de Hellín.
“Si a mí me preguntan en estos momentos si estoy de acuerdo con esta posibilidad, que se instale en la puerta de mi casa, diría rotundamente que no; pero si estoy de acuerdo en que se aprovechen los subproductos ganaderos que hay en la comarca de Hellín, y concretamente en las zonas donde existen macrogranjas de cerdos, que no dan un gran problema pero sí crean unos subproductos que son los purines, que hay que gestionar —que no es simplemente echarlos al campo, sino que se utilizarían para crear energía, para generar fertilizantes de calidad y estabilizados—, si queremos hacer eso, pues ya no me parece mal. Pero, en cualquier caso, habría que valorarlo”.
Más adelante, reiteró que no quería esa planta de biometano en la puerta de su casa, pero si esta se ubicaba a 15 kilómetros de Hellín y se resolvía un problema medioambiental que existe ya con las balsas de purines, a lo mejor habría que valorarlo y estudiarlo con buenos ojos:
“Teniendo en cuenta —continuó— que además crearía empleo en un sector industrial asociado a la energía, con más de 20 puestos de trabajo directos, más los indirectos, pues yo creo que sería una buena oportunidad”.
“Ahora bien —prosiguió Serena en su exposición—, cuando llegue este proyecto a las oficinas municipales para obtener la correspondiente licencia, se estudiará tranquilamente y con toda minuciosidad. Mientras tanto, son proyectos que requieren el correspondiente permiso medioambiental, que lo tiene que dar la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, no el Ayuntamiento de Hellín”.
“Es decir —añadió el alcalde popular—, la Junta los tiene que evaluar y poner a exposición pública. Si hay algún problema que no nos encaje, no solo al Ayuntamiento, sino a cualquier asociación o plataformas hellineras que no lo vean con buenos ojos, habría que estudiarlo. Por ello, si a mí hoy me preguntan si estoy a favor o en contra de estas plantas de biogás, respondería que depende. Repito que habría que estudiar cualquier proyecto concreto, sus ventajas y los problemas que tendría para Hellín”.