El Faro de Hellín

Antonio García

Lo se porque lo ha dicho él, a mí no me miren… Y está en su derecho, oigan. Es muy suyo de ser, o no ser, o entre Pinto y Valdemoro, que aquí a nadie se obliga. Digo, se invita pero no se obliga. Aunque con esto del neo-lenguaje hay que andarse con pies de plomo, pues hasta el acto de “invitar” puede ser constitutivo de delito, según un estudio que está realizando un comité de expertos de Podemos. Que no sé expertos en qué, pero expertos. Los debe de haber que igual sirven pa un roto que pa un descosío, porque hoy aparecen por todas partes, dispuestos a dictaminar sobre lo que se presente… y el partido les mande.

Pues que me he enterado de que Sí Se Puede (Podemos) de Valladolid, presentaba o iba a hacerlo el pasado lunes, una campaña municipal <<para pedir que se castigue económicamente a la Iglesia si “invita al incumplimiento de leyes civiles”>>. Para el resto de entidades que hagan la misma invitación, se les retiraría cualquier financiación o convenio. Pero la mención clara, específica y concreta es para la de siempre: la Iglesia Católica. Además, por supuesto, habría que retirar de los espacios públicos –calles, plazas, callejones y travesías- toda simbología religiosa, que tanto molestan y tanto impiden a los españoles progresar. Auque al parecer contemplan en su moción que <<tan sólo “aquella que signifique un bien patrimonial e histórico especialmente contrastado” podrá sobrevivir>>. Como por ejemplo, me atrevo a decir yo, el “día del cordero musulmán”, donde en pleno día y en plena calle o plaza se degüellan cientos de corderos, convirtiendo la vía pública en un lodazal de sangre, sin más normas sanitarias que cumplir, para regocijo de la mosca ibérica. Porque como todos sabemos, es una fiesta declarada patrimonio artístico y cultural de interés contrastado y reconocido por todos los españoles. ¿Pero ven ustedes?: Procesiones, Vía Crucis, Rosarios de la Aurora, Ofrendas de florales a la Virgen…, todo eso debe desaparecer, porque no es patrimonio del pueblo, ni están reconocidos, ni tienen historia ni tienen contraste… ni código de barras.

La moción también incluye arrebatarle a la Iglesia todos los bienes que no haya inmatriculado en su momento ¿…? O sea, el comienzo de una nueva desamortización, sin tan a las claras como fueron las de Mendizábal y Madoz en el siglo XIX, que no las únicas en la historia de España.

Y por último, según el medio en que me he nutrido, Podemos reclama <<campañas informativas dirigidas a toda la ciudadanía en el ámbito municipal, sobre el significado de la laicidad>>. Así, en plan pedagógico. Y aquí tenemos otro órdago. Porque me parece que en general, tanto el pueblo llano como gran parte del pueblo con etapas de montaña, no tiene muy clara la distinción entre “laicismo” y “laicidad” ó “aconfesionalidad”. Y aquí me parece que hasta la RAE tiene un pifostio mental, a juzgar por las definiciones que hace.

Pero no voy a entrar ahora en eso, que tal vez merezca un artículo. La cuestión es que Podemos quiere enseñarle al pueblo lo que es la <<laicidad>>, pero, son tan tontos y analfabestias, que lo que quieren es expander el <<laicismo>>.

Nuestra constitución dice que España es un país aconfesional –laicidad positiva-. Pero como es normal en los del nuevo “Frente Popular”, que día sí y día también se mean en la Constitución con toda impunidad, la Carta Magna solo sirve para limpiarse salva sea la parte. En ella se reconoce el derecho a la plena libertad religiosa y sus manifestaciones públicas y privadas. Por el contrario, el “laicismo” implica la exclusión de lo religioso de los distintos ámbitos de la sociedad, con la pretensión de que quede relegado al ámbito privado de la conciencia individual.

Para que todo el mundo lo entienda: Aconfesional significa que (en este caso el Estado) no profesa ninguna confesión religiosa. Laico es lo mismo o parecido, es decir, es independiente de cualquier organización o confesión religiosa. O también, cualquiera que no tenga órdenes clericales. Yo soy católico laico, como muchos de ustedes. Así pues, quede claro que ser aconfesional o laico no implica desentenderse de la realidad social que es la religión, ni perseguirla, al contrario que en el Estado laicista-izquierdista (laicismo) que lo que desea es la desaparición de todo vestigio público religioso. O sea, cargarse la religión.

¡Mecachis, estoy terminado y me olvidaba de Perico! Pues eso, que el jambo ha dicho: <<Soy ateo. Creo que la religión no debe estar en las aulas, debe estar en las iglesias>>. ¿Lo han observado?: “en las IGLESIAS”. ¿Y de las otras religiones, qué?

Bien, vale, lo acepto con una condición: ¿Ciclistas? ¡A la carretera! ¿Nenes con patín?, a las pistas de patinaje, y si no hay, que las reclamen a su ayuntamiento. ¿Música en las calles? ¡A los conservatorios! Y desfiles del Orgullo Gay, a una isla desierta y sin una puta perra de subvención. Y así, tós iguales, y los que no tengan tos, también.

Y termino. Como ustedes saben, estamos en un Estado de Derecho, con libertad de pensamiento y expresión (es mentira pero, supongámoslo). Pues con todo y con eso, que no se les ocurra mostrar a nadie abiertamente su desacuerdo con algunas leyes, y menos aún “invitarle” a compartir su opinión, porque según el comité de expertos y su interpretación particular de lo que significa “invitar”, puede usted llevarse un susto mu gordo. ¡Ah, no! Si ahora que me acuerdo, las sanciones solo se referían a la Iglesia Católica. ¿Predicar la doctrina de la Iglesia, será <<invitar>> a la rebelión?

Pues con todo y con eso, yo, Antonio García, desde esta humilde página, invito al pueblo español en pleno a la insurrección contra unas cuantas leyes del Estado. O más expedito aún, a mandar a tomar por saco a estos dirigentes estatales. Sin vaselina.

Y si no puedo hacer otra cosa, por lo menos ejerzo mi derecho constitucional al pataleo.