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De aquellos polvos vienen estos lodos

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De aquellos polvos vienen estos lodos

Antonio García

Ríos de tinta se han derramado ya sobre este caso. Tanto, que el cauce se ha desbordado y ha saltado nuestras fronteras. Asunto mediático donde los haya que una vez más ha servido, como cabía esperar, para mostrar el furibundo desacuerdo entre unos y otros. El título de la opereta ya lo conocen: <<La Manada>>. Los hechos, también. Y el desenlace de la partitura creo que igualmente: cinco asnos humanos condenados a nueve años de prisión, cinco años de libertad vigilada y orden de alejamiento, por un delito continuado de abuso sexual, según consta en la sentencia, absolviéndoles de “agresión sexual”. O sea, abusaron pero no la agredieron, ni la forzaron pues, ni la violaron.

¿Quiénes son los culpables y quiénes los inocentes? Pues según todo lo escrito y leído por un servidor sobre este “affaire”, todos son culpables. Los cinco asnos y la chica. Ninguno es inocente. Ninguno está libre de culpa. En cuanto al grado de culpabilidad y responsabilidad de cada cual, no me pronuncio, porque sería enredar más el asunto. Sin embargo, ¡qué pobres todos ellos!: los depredadores y la aventurera.

Ni que decir tiene que, el acto perpetrado es abominable. Repugnante, execrable, vil, aborrecible. Sin lugar a dudas. Pero yo me pregunto, permítanme ustedes, si la chica habría presentado denuncia de no haberle robado el móvil uno de los despreciables cuatreros.

Podríamos entrar en comentarios jurídicos sobre las diferencias, según el Código Penal, entre violación, agresión sexual y abuso sexual. Pero no es nuestro cometido ni nuestra competencia. Lo que sí parece claro es que la muchacha no fue forzada, no hubo violencia, que ella solica se metió en la boca del lobo y que los ídem se aprovecharon. De lo que se desprende que ella buscaba aventura, “sensaciones fuertes”, y que después se asustó. No está claro si por el número de carnívoros, por el robo del móvil o por vaya usted a saber. Ni siquiera está muy claro que se asustara… al menos durante “los actos”. Parece ser, como es evidente, que habrá apelación.

Pero una vez vituperados estos comportamientos, y aparte de culpables e inocentes o lo que se les ocurra a los tribunales, a mí lo que me llama poderosamente la atención son otras cosas.

La primera es que, en periódicos periféricos de papel y en prensa digital, leo a menudo la violación de chicas por parte de inmigrantes extranjeros, habitualmente en grupo. Casos y “manadas” a los que los grandes medios de comunicación no les hacen ni puto caso. En España y en el resto de Europa. Todos ellos perpetrados por seguidores de Mahoma. En grupo y a veces, durante muchas horas. Algo tan frecuente, que está alarmando de veras a muchas sociedades del continente.

Y digo yo: ¿será políticamente incorrecto airear estas violaciones? ¿Será que al establishment feminista solo le interesa el “hombre blanco”? Porque el follón que se ha montado, el estruendo político y social que ha causado la sentencia y que ha llegado hasta las altas instancias europeas, no me digan que no es sospechoso. Leo en un diario digital que el 22 de marzo la policía detiene a diez miembros de una banda juvenil argelina por violar a tres chicas, en Alicante. ¿Cuántas manifestaciones de protesta han visto ustedes por parte del nazifeminismo? ¿Cuántas declaraciones condenatorias de políticos progresistas y no tan progresistas han escuchado ustedes? Y sin embargo, fíjense: uno de los tres Magistrados que han enjuiciado el caso de “la Manada”, como no vio indicios convincentes de culpabilidad, votó por la absolución de los cinco muchachos. Cosa que estuvo en su perfecto derecho de hacer. Pues no solo otros jueces, fiscales y lobby feminista le han levantado los pies del suelo, sino que ¡hasta el Ministro le ha reprendido! ¿Verdad ustedes que algo huele a podrido en mi reino?

Las fuerzas vivas del país no están conformes con los nueve años de prisión que le han caído a cada uno por “abusar”. Y piden sus cabezas colgadas de la plaza mayor. O cadena perpetua, pero al estilo USA. Hasta el Dos de Mayo, día de la Comunidad de Madrid se coreó: <<no es abuso, es violación>>. Pero es que ya es el colmo, aunque se que la presión de la izquierda es muchísima. Leo un titular que dice: <<Rajoy cede ante las feministas: habrá violación cuando la mujer diga que la hay>>. Y el peligro estriba en que baste su palabra para condenar al varón. ¿Se barruntan ya todos ustedes por dónde van los tiros?

Y mientras tanto, educación sin valores morales, hipersexualización de la sociedad, libertinaje hedonista, relativismo destructor, leyes educativas con enseñanza de las relaciones sexuales más morbosas en los colegios e institutos, derecho al descarado exhibicionismo de todos los vicios, promoción del libertinaje sexual a todos los niveles… Y más mentiras, engaños, podredumbre, manipulación de conciencias…

¿Pero de qué nos quejamos, si la sociedad está cada día más podrida? ¿Leyes y más leyes represoras del varón? ¿Para seguir haciéndonos creer que velan por las mujeres? ¡Hipócritas! Por ese camino no conseguirán nada positivo, ¡y lo saben! Pero hay que darle caramelos al ciudadano mientras, por otro lado, le quitan el alma. Lo único que temen es que el pueblo un día pudiera despertar, elegir el camino correcto y desenmascararlos a todos, sus tretas y sus mamandurrias, y mandarlos de una puñetera vez a tomar por saco.

Pues de esos polvos vienen estos lodos.

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