El Faro de Hellín

José Alarcón Molina

El número es tal alto para la Pedanía de Agramón (Hellín), que invita en cierto modo a tener que “preocuparse”, a pesar de que el Tamborilero es “resistente, respetuoso, hospitalario, amante de su ancestral tradición, y “de ir a lo suyo”, que es redoblar el tambor para que el sonido llegue a lo alto o al más allá”. Seguro que Agramón va a quedar extraordinariamente bien, y que logrará la admiración y el aplauso de los muchos visitantes y Tamborileros de Andalucía, Aragón y la Comarca de Hellín (centenares llegarán de Tobarra), porque la Pedanía tiene experiencia y sabe hacerlo. Pero se comenta que serán 20.000 los visitantes para durante más de 48 horas cumplir con “la antiquísima tradición”, y esa cantidad de Tamborileros necesita unas infraestructuras adecuadas a tan ingente masa humana (aparcamientos, bares, rica y variadísima gastronomía, y servicios).

El Ayuntamiento de Hellín “se habrá volcado”, y estará pendiente de los muchos detalles del evento. No es posible que se olvide de las más pequeñas necesidades, porque en una fechas tan señaladas y festivas (estamos en los días de unas Elecciones Generales, que “suelen distraer”) tiene la obligación de quedar al “máximo nivel”. El compromiso con lo muchos visitantes de otras latitudes, hace necesario que las atenciones les dejen un recuerdo imborrable de estas Jornadas, que tan intensamente estarán viviendo cuando “este comentario vea la luz”.

Aprovechando que “el Pisuerga pasa por Valladolid” estas Jornadas del Tambor eran una “ocasión de oro” para que los Tamborileros conocieran donde están: “Si hay una zona geográfica de un “interés turístico” importante y curiosísimo es la de los cercanos alrededores de Agramón, desde la CAMARETA O EREMITORIO RUPESTRE (de época visigoda e hispanomusulmana) en el paraje conocido como “Tesorico”, hasta el Parque Arqueológico del Tolmo de Minateda (tenía que estar abierto ya; o intentar que estuviera abierto este “fin de semana”); las “Pinturas Rupestres del Abrigo Grande; Presa de Camarillas, Poblado de los Almadenes (época Ibérica), con el “cañón de los Almadenes”; y la arqueología industrial de la zona de las “minas de Azufre” del poblado de las Minas. La sierra de los Donceles, el río Mundo y el Pantano de Camarillas.

Pero “entremos en Hellín (casco histórico)”: Los viajeros estarían “viajando al pasado romano-musulmán-cristiano”, empezando por la Iglesia de La Asunción, Ermita Santuario del Rosario (nuestra querida Patrona), calles y callejuelas del Barrio, Iglesia de San Rafael, y bajada al Convento de los Franciscanos. Todavía quedan “sorpresas”, pero faltaría tiempo para visitarlas (Isso, Embalses del Talave, Cenajo y Camarillas -ya nombrado-). El recuerdo para los Tamborileros “turistas” sería imborrable, porque Hellín “bien merece una larga visita”, sobre todo si algunos nativos enseñan tantas y tantas bellezas y curiosidades. ¡Se habrá pensado, pero las Jornadas del Tambor tendrían el “gran final”, con un “Encuentro Musical” de Peñas Locales y visitantes!